Demostración de la polaridad de “las energías”
Posted by keithcoors_00 en 28 septiembre, 2008
Yo digo que es excepcional porque ha vivido en México y en Argentina y posee una muy amplia cultura que incluye el conocimiento de las formas comunes de vida de ambas naciones. Siendo también hija de europeos (un irlandés y una suiza), su bagaje cultural es muy amplio y prácticamente único.
Cuando en la tertulia se tocó el tema de sus poderes, Pato comenzó a hacer algunas demostraciones con algunos invitados. Yo me quise sumar a este tema y le solicité a Pato que me hiciera una demostración.
Sabiendo mis amigos que soy un escéptico redomado, un agnóstico irredento y un renombrado iconoclasta, instaron a Pato a realizar la demostración enmedio de toda la concurrencia.
Esta consistió en dos partes, una en la que ella manejaría “las energías” para que yo pudiese sentir cómo fluyen a través del organismo. La segunda sería una demostración de cómo algunas cosas (o substancias) poseen energía positiva o negativa. O al menos eso entendí.
En la primera parte, Pato realizó unos pases, hizo unos resoplidos, “limpió” una parte del piso y me pidió que me parase allí y que me quitara todo lo que de metal tuviese en mí (reloj, llaves, etc.). Posteriormente
se me pidió que cerrara los ojos y dijese si sentía “algo”, mientras Pato pasaba sus manos (sin tocarme) por enfrente y por la espalda , desde los pies a la cabeza y de vuelta. Se supone que yo debería sentir algo así como un cosquilleo o como un calor revelando la ubicación de la “zona” donde estarían sus manos. Bueno pues no sentí nada, simplemente oía su respiración, mientras que otras personas allí presentes dijeron “haber sentido la energía atravesar su cuerpo”. No sentí calor, ni frío, ni cosquilleos, ni calambres… ni nada.En ausencia de resultados positivos, la segunda parte me pareció más drástica. Se supone que la demostración consistiría en mostrar lo que yo llamo la “polaridad energética” (que yo sé perfectamente que es un galimatías, pues no hay tal cosa como un parámetro de polaridad en la energía, pero es una forma de describir esto que se menciona como energía “positiva” o “negativa”).
Para ello había que hacer una elección entre dos substancias, azúcar y café (soluble). Yo debía elegir cual de las dos “hace bien y cual hace mal”. Posteriormente debería colocarme con mi brazo derecho en forma perpendicular al resto de mi cuerpo, lateralmente y horizontalmente. Debía sostener cualquiera de los productos en mi mano izquierda y Pato ejercería fuerza en el extremo de mi mano derecha; según entiendo, al sostener la substancia “dañina” mi fuerza se vería mermada y ella lograría “vencer” mi resistencia. Supongo que por efecto de la energía negativa intrínseca del producto (o al menos impuesta por mi elección).
Claro, pudo haber sido la “energía negativa” del café soluble lo que me hizo flaquear, pero como lo expresé en ese instante, también pudo deberse a que Pato ejerció una fuerza mayor. Después de todo, la posición del brazo no es la más óptima para sostener un peso u oponerse a una fuerza tal como se observa. Por lo mismo propuse que en lugar de la fuerza de Pato (susceptible a variaciones por diversos motivos, incluyendo el deseo de mostrar su punto) se colocase una bolsa con un peso muerto, al estilo de unas piedras de, digamos, unos 2 kg de peso, como se puede observar en la imagen inferior.
Al hacer mi propuesta, Pato dijo que la piedra no podía ser ingerida por mí. Le indiqué que la idea no era ponerla del lado izquierdo, sino del derecho, en sustitución a su fuerza. Las piedras no podrían decidir pesar más o menos, pero ella sí podría ejercer menor o mayor fuerza. Finalmente decidimos hacer la prueba con el peso muerto, pero durante un tiempo de un minuto.
El resultado en ambos casos (azúcar y café) fue que mi brazo se cansó y acabó en una posición inclinada, no horizontal, al final del minuto.
¿Se puede demostrar la existencia de la “polaridad energética” de los alimentos de esta forma? No lo sé. Lo que si sé es que aun me duele el esternocleidomastoideo, lo que demuestra que los músculos se cansan y hasta se pueden lastimar en esa posición, independientemente de si se está en contacto con productos de energía negativa o positiva (si eso existe).
En cuanto a la primera parte no hay mucho que hacer. Quizás, como me dijo uno de los invitados, si hubiese tenido fe en Pato la demostración sería un éxito. Pero como la idea es no hacer uso de la fe, esta parte no tiene muchas oportunidades de mejora. Con respecto a la segunda se contemplan
posibles mejoras ¿Alguna idea de mis lectores con el objeto de mejorar este experimento o demostración para evitar los obvios sesgos de la aplicación de fuerza? ¿O los sesgos de efecto de la “energía” del producto? Quizás si la elección es entre el veneno para ratas y un bizcocho, o si se tratase de productos no envasados (por ejemplo tabaco y avena).Sugerencias bienvenidas.
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