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Desintoxicación de metales y de radiación

Posted by keithcoors_00 en 26 julio, 2012

La guerra es el arte de introducir trozos de metal en la carne humana. 


Cantervill

 

Regresando a la actividad normal (no política) de este blog, es tiempo de comentar sobre lo que la ignorancia sobre cuestiones científicas puede ocasionar en la gente que (supongo) es bien intencionada. Me refiero a cuando personas que se dedican a dar consejos sobre salud y bienestar pasan por alto que sus palabras de ayuda pueden contener tremendas patinadas, si no tienen un poco de cuidado y educación en ciencias.


En esta ocasión le toca a Karina Velasco (sí, la hija de Raúl Velasco). En su perfil menciona @karinavelasco que es Chef Naturista, Consultora de salud, Yogi, conductora, productora y fanatica de la musica (sic), los viajes, la comida, los deportes y las aventuras. Muy interesante, digo yo, pero ahora le tocó mostrar su poco conocimiento sobre química, física y anatomía al publicar el siguiente mensaje desde su cuenta de Tuiter:



Muy bien que intente aconsejarnos para que saquemos los «tóxicos» de nuestro organismo. Y si lo hubiese dejado así, como tóxicos o substancias dañinas, todo hubiese quedado normal y bien. Incluso me muestro inclinado a no cuestionar lo de «químicos industriales, comida alergénica, medicinas y drogas», pues en ocasiones hasta lo más benéfico, como las medicinas, pueden tener efectos indeseables si se consumen sin cuidado. Pero la quizás inadvertida generalización sobre «metales» y la mención de la radiación, levantaron mis antenas escépticas. Y a menos de que se trate de los metales que se mencionan en la frase célebre de entrada, más vale aclarar el punto. 


Para empezar, nuestro organismo contiene algunos metales esenciales para la vida. De acuerdo con este sitio, el Calcio (Ca), metal alcalinotérreo, está presente en el cuerpo en un 1.5%, y se encuentra en los pulmones, riñones, hígado, tiroides, cerebro, músculos, corazón y huesos principalmente. Así que estaría muy cañón deshacernos del Calcio. También está el Potasio (K), metal alcalino, presente en el organismo en un 0.35%, que juega un importante papel en los sistemas de fluidos físicos de los humanos y asiste en las funciones de los nervios. También está el omnipresente Sodio (Na), en un 0.15% en todos los líquidos y tejidos (en forma de sal). También esta el Hierro (Fe), que aunque se encuentra en muy poca cantidad, es una parte esencial de la hemoglobina; es el agente colorante rojo de la sangre que transporta el oxígeno a través de nuestros cuerpos. También tenemos Magnesio (Mg), Zinc (Zn), Cobalto (Co), Aluminio (Al) y otros más que participan activamente en el funcionamiento de nuestro cuerpo.


Visto lo anterior, estaría muy peligroso «desintoxicarnos» de los metales mencionados. Claro, hay otros metales que NO son benéficos y cuya presencia puede ocasionar malestares y envenenamiento. Pero esto no lo especificó Karina.


Sin embargo, lo más bizarro en el deseo de Karina es que nos desintoxiquemos de «la radiación». Aquí sí que se patinó todo el camino. Empecemos por aclarar que «radiación» hay de muchos tipos, pero ningún tipo de radiación «se queda» en nuestro cuerpo. O bien lo atraviesa, o bien es absorbida por él. Una vez absorbida, sólo quedan sus efectos que incluyen calentamiento en la mayor parte de los casos (radiación no ionizante, ver http://html.rincondelvago.com/radiaciones-y-sus-efectos.html), y algunos daños a nivel celular cuando hay exposición a altas dosis de radiación ionizante, para ser preciso (ver http://www.elergonomista.com/27en06.html). Si no eres un trabajador de la industria nuclear, estimado lector, con muy baja probabilidad estarías en el supuesto de que la radiación ionizante te dañe a nivel celular.


De cualquier forma, aún en los casos de sobreexposición a las radiaciones ionizantes, no hay manera de «desintoxicar» al paciente. Sabiendo lo anterior, le pregunté a Karina: ¿Cómo se desintoxica uno de la radiación?




Aún no recibo respuesta. Pero me encantaría leer lo que Karina tiene que decir al respecto. Si lo hace, lo compartiré en este espacio. Prometido.


Para terminar, sólo añado un dato curioso que es desconocido para la mayor parte de la gente (incluida, adivino, Karina). El isótopo del Potasio conocido como «Potasio 40» (40K), es radiactivo y emite mediante los tres tipos de decaimiento beta. Vamos, hasta neutrinos y antineutrinos emite esta ternura de radionúclido. El 40K se encuentra en la naturaleza, en algunos frutos como el plátano y el jitomate, mezclado con el Potasio no radiactivo en un porcentaje de abundancia estimado en 0.0117(1)% de acuerdo con la Wikipedia, por lo que haciendo un pequeño cálculo podemos estimar que en el cuerpo tenemos casi dos centésimas (0.0187) de gramo de este isótipo radiactivo, que constantemente se renueva cuando alimentamos nuestro organismo. La presencia de este metal radiactivo en nuestra anatomía es totalmente NATURAL.


Nada que deba alarmarnos (mucho menos a Karina).


Imagen de entrada: Plátano, alimento natural rico en Potasio.

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Respuestas a preguntas sobre radiación

Posted by keithcoors_00 en 5 abril, 2011

El que teme sufrir ya sufre el temor.

Proverbio chino


No hay peor cosa que temerle a lo desconocido, y sin embargo, lo desconocido es lo que infunde más temor a los humanos. En mis tiempos de infancia se espantaba a los niños con la mención del «coco» (en la cultura anglosajona el «boogie man»), pues como nunca se le podía ver, ni escuchar ni percibir, era perfectamente desconocido y, por tanto, más temible. La razón nos dice que deberíamos temer a los peligros que conocemos, pero la psique humana generalmente anula la razón para dar lugar al temor irracional.


Lo anterior se ha puesto más en evidencia con el accidente de la central nuclear de Fukushima en Japón. Al respecto, he visto el post de Mauricio-José Shwartz en El Retorno de los Charlatanes titulado «Fukushima y la irracionalidad«. En esta entrada nuestro combativo colega lanza una serie de preguntas sobre el tema de las radiaciones y su efecto sobre los humanos; de las respuestas a esas preguntas nos dice: «Lo que hallo alarmante, como con toda otra forma de pensamiento mágico, irracional y pseudocientífico, es que la mayoría de las personas más sinceramente preocupadas, alarmadas, inquietas y temerosas por el accidente de la central nuclear Daiichi en Fukushima no conocen tales respuestas«.



Las preguntas de don Mauricio son:

¿Qué tan peligrosa es la radiación? ¿Hay una sola radiación o hay varios tipos? ¿Y la radiación nuclear es de un solo tipo o hay varias? ¿La radiación afecta al exponerse a ella un instante (como una bala) o sus efectos dependen del tiempo de exposición? ¿En Fukushima ha muerto mucha gente por la radiación? ¿Las centrales nucleares provocan más enfermedades y muertes que otras opciones de generación de energía? ¿Es verdad que hubo mutaciones monstruosas a resultas del desastre de Chernobyl? ¿Fukushima es Chernobyl? ¿Qué riesgo real corren los japoneses cerca y lejos de los reactores averiados? ¿Qué riesgos corren quienes en el resto del mundo están cerca o lejos de los reactores nucleares que producen su electricidad? ¿Es posible un mundo sin radiación nuclear o ésta es parte de nuestro universo y estamos expuestos a ella siempre?


En el post referido, cuya lectura recomiendo ampliamente, Mauricio se centra en la parte irracional del manejo de este incidente que los medios y la gente ignorante (pero con poder de convocatoria) han dado por el simple hecho de que existe «libertad» de expresión. Y no se trata de coartar esta libertad, sino de denunciar las mentiras y los engaños de estos desinformadores mediante la información veraz y con fundamentos.


Es por esta razón que en esta casa nos hemos decidido a dar respuestas a las preguntas antes citadas, haciendo uso de la información científica y tecnológica que está a la disposición de quien desee corroborarla.



¿Qué tan peligrosa es la radiación?

El principal peligro de las radiaciones reside en dos de sus características, tipo y energía de la radiación, pero también depende del tiempo de exposición y de la intensidad del campo de radiación. En una palabra, el peligro está en la dosis de radiación que hemos recibido, que es justo la energía que se ha depositado en nuestro organismo. Hasta la radiación lumínica del sol puede ser peligrosa, si no tenemos el cuidado de protegernos con filtros solares y limitando el tiempo de insolación.



¿Hay una sola radiación o hay varios tipos?

Hay varios tipos y se les puede clasificar de muchas formas, dependiendo del objeto de su análisis. De acuerdo con el texto de don Mauricio, al parecer las clasificó por su origen. Hay radiación que se origina en el núcleo de los átomos (radiación nuclear) y hay radiación que se origina en las capas de electrones alrededor del núcleo (principalmente radiación electromagnética o fotones).  Esta clasificación no tienen nada que ver con la peligrosidad de la radiación, pues ambos tipos pueden ser peligrosos.



¿Y la radiación nuclear es de un solo tipo o hay varias?

Hay varios tipos de radiación nuclear: Radiación alfa (núcleos ionizados de Helio), radiación beta (electrones y positrones emitidos desde el núcleo) y radiación gamma (fotones de alta energía, emitidos desde el núcleo). También puede haber neutrones que se emiten como resultado de una fisión nuclear o bien como resultado de una reacción nuclear de captura (el mejor ejemplo es el núcleo del Berilio, que al absorber la radiación alfa del Americio 241, se hace inestable y emite uno o dos neutrones). En contraposición, la radiación emitida desde la capa de electrones es principalmente radiación electromagnética (luz, ondas de radio, rayos X), aunque a veces puede emitirse electrones, cuando se ioniza un átomo.


¿La radiación afecta al exponerse a ella un instante (como una bala) o sus efectos dependen del tiempo de exposición?


Siempre existe el riesgo de que al exponernos a las radiaciones (principalmente las radiaciones clasificadas como ionizantes) nos cause un daño ¿De que tamaño sería ese daño? pues dependería del órgano irradiado, del tipo de radiación y del tiempo de exposición. Generalmente estamos expuestos a diversos tipos de radiación, incluyendo la radiación ionizante, desde rayos cósmicos, y radiaciones nucleares provenientes de isótopos presentes en la naturaleza, hasta rayos X para diagnóstico. En resumidas cuentas, el tiempo de exposición es el factor que más contribuye a la dosis.



¿En Fukushima ha muerto mucha gente por la radiación?

No. Rotundamente no. Hasta ahora sólo se sabe de algunos trabajadores expuestos a altas dosis radiación, pero se les está atendiendo. Los muertos en la planta fueron causados por las explosiones de hidrógeno en las primeras etapas del incidente.



¿Las centrales nucleares provocan más enfermedades y muertes que otras opciones de generación de energía?

No. Hay más accidentes y muertes en plantas convencionales (termoeléctricas y carboeléctricas). En cuanto a enfermedades sólo se puede saber de algunos casos de cáncer de tiroides en algunos trabajadores de Chernobyl (después del accidente) y algunos pobladores de las zonas aledañas. En operación normal no hay evidencias de que cause enfermedades.



¿Es verdad que hubo mutaciones monstruosas a resultas del desastre de Chernobyl?

Sí hubo algunos casos de nacimientos con deformidades en Chernobyl y sus alrededores, pero no fue debido a las radiaciones sino a un problema sanitario. A la gente de los alrededores se le prohibió comer alimentos producidos en la zona (verduras, leche, carne) puesto que podían estar contaminados con Cesio y Yodo rediactivos. Pero durante algunos meses después del accidente ese tipo de alimentos era lo único que los pobladores podían comer. Mientras se restauraba el suministro de alimentos desde el resto de la extinta URSS, muchas madres en etapa de pregnancia sufrieron de desnutrición aguda. Algunos de esos niños nacidos de madres desnutridas tuvieron problemas de malformación. Debido a esta situación es que cambió el principal precepto de la Protección Radiológica; ahora es: La protección radiológica debe hacer más bien que mal (literalmente: toda acción recomendada por la protección radiológica siempre estará debidamente justificada, siendo la mejor de las opciones existentes, tanto para el individuo como para la sociedad en su conjunto). En otras palabras, evitar una dosis de radiación por el sólo hecho de evitarla NO debe poner en riesgo la salud de la población. En este caso en específico, era mejor que la gente recibiera una pequeña dosis de radiación a que sufriera una desnutrición aguda.



¿Fukushima es Chernobyl?

Por supuesto que no. Los accidentes son diferentes, las plantas son diferentes, los países son diferentes, las épocas son diferentes.



¿Qué riesgo real corren los japoneses cerca y lejos de los reactores averiados?

El riesgo siempre es una probabilidad de daño. Las medidas de protección radiológica (evacuaciones e ingesta de yodo estable) han evitado que esa probabilidad sea significativa para los pobladores cercanos a la central. Pero no se puede vivir en un mundo con riesgo cero; los más de 10,000 muertos por el sismo y el tsunami lo demuestran.


¿Qué riesgos corren quienes en el resto del mundo están cerca o lejos de los reactores nucleares que producen su electricidad?


En términos generales, el riesgo de muerte por vivir cerca de una central nuclear es del orden de 10-8, o bien una muerte por cada 10 millones de habitantes. En comparación, el riesgo de muerte por sismo y tsunami en Japón es del  orden de 10-5, es decir, mil veces mayor.


¿Es posible un mundo sin radiación nuclear o ésta es parte de nuestro universo y estamos expuestos a ella siempre?


No es posible vivir en un universo sin radiaciones. Incluso sin radiaciones nucleares. Éstas son parte de nuestra existencia. Todos los humanos somos portadores de pequeñas cantidades de Potasio 40 (40K) y de Tritio, ambos isótopos radiactivos existentes en la naturaleza. Nuestro sol constantemente nos bombardea con radiación de alta energía, las estrellas de la vía láctea nos bombardean con rayos cósmicos y los cúmulos de galaxias distantes también contribuyen a lo que se conoce como «fondo de radiación». Pensar que es posible deshacerse de las radiaciones cerrando las plantas nucleoeléctricas de todo el mundo es poco menos que estúpido. Y si hay gente que clama a los 4 vientos que esto sería posible, miente a sabiendas.


o – o – o


Una forma sencilla de comprender la dosis de radiación es imaginarse que la radiación es como la cerveza. Solía hacer esta analogía cuando impartía cursos de protección radiológica a usuarios de fuentes radiactivas. Para esta analogía imaginemos que presento ante la amable concurrencia a dos personas. Una de ellas se ha tomado una cerveza y la otra no, pero sólo las dos personas y yo sabemos quien tomó la cebadilla. A simple vista será difícil saber quién se tomó la cerveza, y sólo quizás mediante análisis de sangre, o mediante el uso de un moderno alcoholímetro podremos averiguar quien trae una cerveza en la panza.


Ahora imaginemos que presento a la amable concurrencia a otras dos personas, una que ha ingerido 30 cervezas y otra que no ha tomado nada ¿Podría notarse la diferencia entre ambas personas? Quizás la mayoría de mis lectores respondería que sí, que bajo esas condiciones, en efecto, es posible notar la diferencia a simple vista. Claro, eso si la persona que se tomó las 30 cervezas lo hizo en un lapso de 2 o 3  horas. Pero si la persona de las 30 cervezas las ingirió a razón de una  cerveza diaria durante 30 días, ahí la cosa cambia. Una vez más, el efecto de esas cervezas sólo sería evidente si hacemos análisis de sangre, o si hacemos una comparación del peso de esa persona antes de ingerir las 30 cervezas y el peso medido después de la ingesta. Incluso, la condición de salud de la persona contaría mucho para poder determinar el efecto de las 30 soles.


La dosis de radiación es similar a la ingesta de cerveza, en el sentido de que sus efectos dependen de la intensidad de la radiación  (o cantidad de cervezas por unidad de tiempo, ya que no es lo mismo ingerir una cerveza al día, que una cerveza por minuto), el tiempo de irradiación (el tiempo que se ha estado ingiriendo cervezas), la energía de la radiación (el contenido alcohólico de la cerveza), y la condición general de salud del irradiado (o dipsómano).

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Enfrentar los temores a la radiación sólo con los hechos

Posted by keithcoors_00 en 28 marzo, 2011

No ha aprendido las lecciones de la vida quien diariamente no ha vencido algún temor.



Desde el NY Times
Por Denise Grady
Traducción: KC



Tan pronto como David J. Brenner oyó hablar del terremoto submarino y posterior tsunami que devastó el norte de Japón el 11 de marzo, verificó un mapa de las plantas de energía nuclear de la región. Una de ellas, debido a su ubicación costera y el diseño del reactor, se veía particularmente vulnerable: Fukushima Daiichi. Esperaba estar equivocado.


Menos de un día después, comenzaron a circular ominosos informes del fracaso de los sistemas de refrigeración y de fugas de radiación en la planta. El doctor Brenner, director del Centro de Investigación Radiológica de la Universidad de Columbia – el centro más grande y antiguo del mundo en su tipo – se encontró recibiendo llamadas en repetidas ocasiones para explicar lo que estaba sucediendo con los reactores y para evaluar el riesgo de radiación para la salud pública, tanto en Japón como en todo el mundo.


El doctor Brenner, de 57 años, oriundo de Liverpool, Inglaterra, es un físico que ha dedicado su carrera a estudiar los efectos de la radiación sobre la salud humana. Ha publicado estudios que demuestran que la Tomografía Computarizada (TC) aumenta el riesgo de cáncer en niños, y recientemente testificó ante el Congreso (de los EE UU), diciendo que el uso generalizado de los escáneres de cuerpo entero de rayos X en los aeropuertos se producen 100 casos adicionales de cáncer cada año en los Estados Unidos.


Él piensa que los escáneres TC y las personas que los utilizan necesitan más regulación para asegurarse de que las exploraciones sean médicamente necesarias y la dosis de radiación tan bajas como sea posible. El piensa que incluso las dosis bajas aumentan el riesgo de cáncer, y que no hay nivel «seguro» o umbral por debajo del cual el riesgo no aumenta – incluso si ese riesgo no se puede medir estadísticamente.


Pero a pesar de su preocupación acerca de posibles daños por radiación, no prevé un desastre de salud pública a raíz de la crisis en Fukushima Daiichi.


Desde el principio ha hablado con la cautela de un científico, mostrando respeto por los hechos y por los números, y una aguda apreciación de lo mucho que simplemente es desconocido o, en este punto, incluso cognoscible. La situación cambia constantemente, y el camino hacia la verdad puede ser arriesgado, girando a través de partes con apasionadas agendas a favor o en contra de la energía nuclear, la información suministrada por el gobierno y la industria, y los temores del público por la radiación que muchos científicos consideran muy exagerados.


¿Cómo explicar los hechos sin asustar a la gente innecesariamente? ¿Cómo tranquilizar sin que parezca miel sobre hojuelas o extrema condescendencia? Lo último que la gente quiere, dijo el Dr. Brenner, es a un tipo como él apareciendo en la televisión con bata blanca diciendo con aire de suficiencia que todo está bien.


«La gente está muy preocupada, lo cual no es sorprendente», dijo. «Queremos que la gente sea capaz de hacer algún tipo de evaluación realista». En la semana posterior al terremoto, realizó alrededor de 30 entrevistas con periodistas, dijo, «algunos buenos, algunos terribles.»


Algunos entrevistadores trataron de empujarlo a decir que el riesgo era mucho mayor de lo que él creía que era. Se resistió, y canceló una aparición cuando se dio cuenta de que en el grupo anfitrión había una fuerte agenda anti-nuclear. «Trato de mantener mi punto de vista político separado de mi vida académica», dijo.


Cuando le preguntaron si estaba a favor o en contra de la energía nuclear, hizo una pausa y luego dijo: «Creo que hay un papel para la energía nuclear segura.»


Desde el comienzo de los problemas en Fukushima Daiichi, ha dicho que la planta japonesa no es y no se convertirá en otro Chernobyl. El reactor soviético, que no tenía estructura de contención real, estalló en 1986 y arrojó su contenido por todo lo largo y ancho. Los reactores japoneses, aunque dañados, tienen recipientes contenedores, y el gobierno actuó con rapidez para evacuar a las personas de las áreas alrededor de la planta.


Pero él piensa que los acontecimientos en Japón debe ser una llamada a la acción para los Estados Unidos. «Este país y el Japón tienen una flotilla de viejos reactores nucleares», dijo.


Al principio, el Dr. Brenner dijo que Fukushima Daiichi probablemente llegaría a ser similar al accidente de 1979 en Three Mile Island en los Estados Unidos, del que nunca se ha encontrado evidencia de efectos en la salud pública. Dado que las condiciones se deterioraron en la planta japonesa, dijo que pensaba que el resultado sería algo peor que el de Three Mile Island, pero no mucho peor.


Pero él espera algunos casos de enfermedad por radiación entre los trabajadores de la planta contaminada, y, añadió, «me temo que habrá muertes». También dijo que era posible que hubiera algunos casos de cáncer de tiroides – probablemente muy pocos para probar estadísticamente una conexión – dentro de algunos años a partir de ahora entre las personas expuestas como los niños a la leche, agua o productos contaminados con yodo radiactivo.


Hasta el momento, parece poco probable que el accidente vaya a generar una vasta zona inhabitable en Japón como la que dejó Chernobyl, en lo que hoy es Ucrania, dijo el Dr. Brenner. Una amplia lluvia de Cesio radiactivo ocurrió en Chernobyl, y se necesitarán muchos años para que decaiga a niveles seguros. Ese tipo de secuelas no se ha producido en Japón.


Sobre todo, dijo que pensaba que el gobierno japonés estaba haciendo un buen trabajo al ofrecer información fiable al público – pero que no siempre lo ha hecho. Al principio, hubo un retraso en la liberación de las lecturas de radiación alrededor de la planta. Y cuando las autoridades anunciaron que el yodo radiactivo se había encontrado en leche y verduras, declarándolos inicialmente como seguros, el Dr. Brenner dijo que él había «gritado fuerte» y habló con los periodistas al respecto. Simplemente no había razón para arriesgarse a consumirlos, dijo.


El yodo radiactivo es absorbido por la glándula tiroides, especialmente en los niños, y una gran mayoría de los 6,000 casos de cáncer de tiroides causados ​​por el accidente de Chernobyl se produjeron porque no se le dijo a la gente que dejara de dar a sus hijos leche local. La leche estaba contaminada, ya que fue producida por vacas pastando en la hierba cubierta con lluvia radiactiva.


Las pastillas de yoduro de potasio son ampliamente recomendadas para proteger la glándula tiroides del yodo radiactivo, pero el Dr. Brenner dijo que era mejor sólo dejar de beber leche hasta que la amenaza hubiese pasado.


Su mensaje ha cambiado, sin embargo, pues se detectó yodo radioactivo en agua del grifo en Tokio. Aunque el público fue informado de que bebés, niños y mujeres embarazadas no deben beber el agua, el Dr. Brenner reconoció que todavía puede ser difícil evitar alguna exposición, y que el uso de yoduro de potasio fue una precaución razonable.


«Yo he sido tal vez un tanto rígido al decir que el yoduro de potasio no tiene un papel que jugar», dijo. «Pero por lo general el problema es la leche. Para mí, los niveles en el agua fueron una sorpresa».


En los últimos años la investigación del Dr. Brenner se ha centrado en las respuestas al terrorismo. Se encuentra en la rara posición de haber dirigido el desarrollo de una máquina que espera que nunca se use, Herramienta de Rápida Biodosimetría Automatizada, o RABIT por sus siglas en inglés (Rapid Automated Biodosimetry Tool). Su propósito es poner a prueba muestras de sangre – hasta 30,000 al día – en busca de signos de que la gente ha estado expuesta a una dosis considerable de radiación.


RABIT estaba destinado a ser utilizado en el caso de un ataque terrorista – una bomba sucia, por ejemplo – en la que un gran número de personas temiendo haber estado expuestas a la radiación podrían abrumar a las clínicas y las salas de emergencia. Pequeñas muestras de sangre podrían ser tomadas en muchos lugares para enviarse a RABIT; las personas con síntomas de exposición pueden ser controlados y tratados si es necesario.


Las emisiones de radiación en Japón hasta el momento han sido muy inferiores para lo que RABIT fue diseñado.


Es posible que Brenner haya heredado su habilidad para el diseño industrial de su abuelo materno, un ingeniero mecánico que fue uno de los inventores de la barra de chocolate Kit Kat y la maquinaria para producirla en masa.


Su oficina tiene dos preciadas posesiones: una fotografía de John Lennon y George Harrison con Stuart Sutcliffe de 1961, bajista original de los Beatles, y el escritorio utilizado por el primer director del centro radiológico, en 1915. Venía con un cajón lleno de pipas.


En una tarde reciente, el venerable escritorio estaba lleno de mapas y gráficos de los niveles de radiación alrededor de la planta de Fukushima. Incapaz de encontrar la que buscaba, el Dr. Brenner acusó a un colega de habérselo llevado, y fue rechazado con júbilo. Programó varias entrevistas de televisión y un fotógrafo estaba en camino; el Dr. Brenner hizo una mueca y dijo que últimamente no había tenido tiempo para un corte de pelo.


Fotografía de entrada por Béatrice de Géa para The New York Times

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Pastillas de Yodo vs. Radiaciones ¿Nos protegen?

Posted by keithcoors_00 en 16 marzo, 2011

Hay una manera de contribuir a la protección de la humanidad, y es no resignarse.

Ernesto Sábato


Ha sido una serie de auténticas calamidades las que han azotado a Japón desde que el pasado 11 de marzo un sismo de 9.0 en la escala Richer causó la mayor crisis en ese país desde la segunda guerra mundial. No sólo fue el sismo que tuvo la mayor intensidad registrada en lo que va de este siglo en todo el mundo, y tampoco el tsunami que siguió al sismo, ambos eventos destructivos por su naturaleza impredecible. Ahora Japón enfrenta uno de los incidentes nucleares más importantes desde Chernobyl hace 25 años.


Los eventos naturales han causado ya muchas muertes, que se estiman en más de 15 mil, pues las labores de rescate y recuperación aún no terminan. En una sola ciudad, el puerto de Minamisanriku, un alto funcionario policial japonés dijo que el número de muertos sería «ciertamente ser más de 10,000.» Eso es más de la mitad de la población de la ciudad de 17,000 habitantes.


(Para mayor claridad de esta entrada se ha incluído al final un glosario de términos que explican el concepto que se marca en cursivas).



El peligro invisible

Sin embargo, las preocupaciones más urgentes se centran actualmente en las fallas de los reactores de la central de energía nuclear Fukushima Daiichi, donde los ingenieros, hasta el día de publicación de esta entrada, aún continúan luchando para evitar mayores liberaciones de material radiactivo puesto que en sus 4 reactores ya se había filtrado la radiación. Una serie de explosiones en los reactores han causado daños en la contención primaria, dijeron funcionarios japoneses.


Los reactores fueron apagados desde el momento en que se sucitó el sismo, pero estar apagados no significa que estén a salvo. Una vez que se insertan las barras de control, es necesario seguir enfriando el núcleo del reactor, debido a que la radiación emitida por los productos de fisión puede producir hasta el 7% de la potencia que genera el reactor en operación normal. Esta radiación eleva la temperatura de los elementos combustibles por lo que es necesario mantener los sistemas de enfriamiento en funcionamiento. Para esto se necesita energía externa pues los reactores al estar apagados ya no producen electricidad. Sin embargo el tsunami arruinó los suministros de electricidad externos a la planta. En estos casos, las centrales nucleares de potencia cuentan con generadores diesel de emergencia, los cuales suministran la electricidad necesaria para mantener los sistemas de enfriamiento en operación.


Pero el diesel se agotó rápidamente, lo que dejó a los reactores sin suficiente nivel de agua, descubriendo parte de los elementos combustibles. El encamisado de aleación de circonio cuando se sobrecalienta reacciona con el agua (o el vapor de agua) produciendo hidrógeno que es altamente explosivo. Este hidrógeno es el que ha ocasionado las explosiones en los reactores, destruyendo parte de la contención secundaria y poniendo en peligro la integridad de la contención primaria.


Se puede saber que parte de los núcleos de estos reactores se ha fundido, comprometiendo los encamisados de aleación de circonio, ya que se han detectado elementos radiactivos en las inmediaciones de la central que forman parte de los productos de fisión. Dos de estos elementos, cesio y yodo, forman compuestos químicos suficientemente volátiles como para escapar en el vapor de agua que se «ventea» para liberar presión de las vasijas de los reactores. Incluso pueden combinarse para formar Yoduro de Cesio. Los radioisótopos del Yodo que resultan de la fisión del Uranio normalmente tienen vidas medias cortas, pero un isótopo del Cesio (137Cs) tiene una vida media de más de 30 años.


Por esta razón se ha decretado la evacuación de la población en un radio de 20 km alrededor de la central, para evitar que la población reciba dosis radiactivas que puedan poner en riesgo su salud.



La contribución del Yodo

A la población evacuada por esta emergencia y a quienes se quedaron en sus hogares en la zona de 20 a 30 km de la planta se les ha suministrado pastillas de yodo. Mucha gente piensa que esta medida protegerá a la gente de las radiaciones, pero esto no es tan sencillo. Para entender cómo es que estas dotaciones de yodo pueden ayudar a la población en riesgo es necesario entender qué pasa con el yodo de manera normal.


Cuando el organismo humano ingiere yodo, éste tiende a alojarse en la tiroides y permanecer allí por un tiempo apreciable, ya que es necesario para su correcto funcionamiento. La glándula tiroides fabrica dos hormonas, la Tiroxina o T4 y la Triyodotironina o T3. Son los únicos componentes de la fisiología de los vertebrados que contienen yodo. Si no hay yodo suficiente en la dieta no hay posibilidad de fabricar hormonas tiroideas en cuantía suficiente y esto puede ocasionar problemas que van desde una pequeña hiperplasia o Bocio no muy importantes, a una situación de severo retardo del crecimiento y déficit mental conocido como Cretinismo Endémico. Pero el organismo no discrimina entre el yodo estable y el yodo radiactivo, por lo que si éste está presente en la atmósfera que se respira en los alrededores de la central afectada, seguramente se depositará en las glándulas tiroides de la población y ocasionará dosis radiactivas indeseables.


Para que el yodo radiactivo no sea absorbido por la tiroides, es necesario saturar previamente esta glándula con yodo estable. De esta forma la Tiroides no absorberá más Yodo (ni estable ni radiactivo).


Así que en realidad el yodo estable NO sirve como blindaje contra las radiaciones, pero su ingesta hasta el punto de saturación de la tiroides evitará que esta glándula fije el isótopo radiactivo. Y finalmente esto evitará que la gente reciba una innecesaria dosis interna de radiación, mucho más peligrosa para la salud que la dosis externa. En especial si el compuesto ingerido es Yoduro de Cesio (porque el Cesio tiene una vida media más larga que el yodo y porque emite radiación gamma con mayor energía que la del Yodo).



Los mitos

En varios mensajes de correo electrónico me ha llegado la advertencia de que quizás la nube radiactiva japonesa viajará por el pacífico y llegará a México, por lo que habría que tomar unos chochos de yodo para prevenirnos de las radiaciones. Así dice uno de estos mensajes:


NOTA A LOS RESIDENTES EN LA COSTA OESTE DE USA Y MEXICO. En Japon estan evacuando 170,000 personas por que puede producirse un derretimiento de la planta nuclear. De ser asi DE OCURRIR la nube radioctiva puede llegar a la Costa Oeste de USA en dias. Sugiero tener en cuenta POTASIUM IODIDE a los que residen en dicha area para proteger la tiroides. No es de mi agrado escribirlo pero debemos estar alertas.


Mi primer comentario es que una nube radiactiva no permanece unida como la gelatina, sino que se dispersa por acción del viento. Cuando el accidente de Chernobyl, a los pocos días de sucedido se pudo detectar en algunos laboratorios ambientales de México el ligero aumento en los niveles normales de fondo radiactivo ambiental. Si la nube radiactiva hubiese  viajado como una «gelatina voladora», las lecturas hubiesen sido tan altas como las de Chernobyl mismo. Y vaya que ahí sí se tuvo una fuga masiva de material radiactivo a la atmósfera.


Mi segundo comentario es que ante el peligro de inhalación de yodo radiactivo, tomar yodo estable NO protege a la tiroides solamente. Protege a todo el organismo de dosis internas que podrían causar cáncer no sólo en la tiroides sino en otros órganos.


Otra nota ofrecía una especie de «tratamiento homeopático» contra los efectos de «envenenamiento por radiaciones», recomendado por Homeopathy Plus en Inglaterra. Esto último es una tomada de pelo, pues la homeopatía sólo ofrece sustancias altamente diluídas, inútiles para proteger a nadie de las radiaciones ni de los síntomas de dosis agudas de radiación.





Sólo para que quede absolutamente claro, como si aún fuese necesario, hay una gran diferencia entre los efectos secundarios experimentados después de tener una dosis específica controlada de quimioterapia y radioterapia para combatir el cáncer, y los de ser expuestos a una cantidad no controlada de radiación emanada de una central nuclear dañada. No hace falta decir que el consejo de Homeopathy Plus es irresponsable y peligroso, y por todos los medios debe ser ignorado.



Glosario de términos.

  • Barras de control. Barras que en su interior contienen Cadmio que absorbe los neutrones y evita nuevas reacciones de fisión en el combustible nuclear, constituído principalmente por pastillas de óxido de Uranio.
  • Contención primaria. Edificio de concreto super reforzado, con más de un metro de espesor, que aloja a la vasija del reactor.
  • Contención secundaria. Edificio que contiene los elementos principales para el funcionamiento del reactor, entre ellos el contenedor primario, las bombas de recirculación y los sistemas de seguridad.
  • Dosis interna de radiación. Daño que reciben los tejidos vivos por la radiación emanada de sustancias radiactivas que se encuentran en el interior del organismo. Se le llama interna para diferenciarla de la dosis externa, que es originada por radiación emitida desde fuera del organismo. La dosis interna puede ser más grave que la externa cuando se trata de radiación beta o alfa.
  • Elementos combustibles. Conjunto de encamisados de aleación de circonio, que en su interior alojan al material físil, constituído por pequeñas pastillas cilíndricas de óxido de uranio.
  • Productos de fisión. Son los núcleos resultantes de la fisión nuclear.
  • Radiactividad. Proceso de emisión de radiaciones desde un núcleo inestable.
  • Vasija del reactor. Contenedor de acero inoxidable que aloja al núcleo del reactor y por la cual circula el refrigerante que a su vez se convierte en vapor, el cual es utilizado en las turbinas para mover los generadores de electricidad.
  • Vida media. Es el tiempo que tarda un isótopo radiactivo en disminuir su tasa de emisión de radiaciones a la mitad.



Imagen de entrada: Toshiyuki Tsunenari/Asahi Shimbun, via Associated Press



Actualización


No cabe duda que la estupidez e ignorancia humanas son ubicuas. Gracias a los intentos terroristas que ya mencionaba en la entrada, los vecinos del norte (EE. UU. y Canadá) han logrado que el Yoduro de Potasio escasee. Aquí parte de la Nota de Laura Myers titulada «Crisis Japón dispara demanda yoduro de potasio en EEUU y Canadá«:


Los temores de una lluvia radiactiva a través del Pacífico luego de la crisis en los reactores nucleares dañados por el terremoto y tsunami en Japón llevaron a los consumidores a pelearse por los antídotos contra la radiación en la costa oeste de Estados Unidos y Canadá.


La estupidez de los compradores de pánico podría esperarse, pero la ignorancia de Laura Myers es deplorable. Decir que el Yoduro de Potasio es un «antídoto» contra la radiación denota la espantosa ignorancia de esta persona. Si alguien la conoce, por favor mándenle la liga de esta entrada.




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¿Qué pasó con los Rayos N?

Posted by keithcoors_00 en 17 octubre, 2010

Nada parece tan verdadero que no pueda parecer falso.

Michel Eyquem de Montaigne



Desde e-Skeptic
Por Terence Hines
Traducción: KC



A principios de 1903, la noticia del descubrimiento de un nuevo tipo de radiación en Francia se propagaba a través de la comunidad científica internacional. René Blondlot, uno de los físicos más famosos del mundo, había hecho el descubrimiento en la Universidad de Nancy. Llamó a la nueva radiación rayos N en honor de la universidad y la ciudad. El descubrimiento de una nueva forma de radiación no era ciertamente un hecho sin precedentes al inicio del siglo 20. Varios otros tipos de radiación habían sido reportados en la docena de años antes (incluyendo los rayos X). Pero nada sería más controvertido que los rayos N.


Se supone que los rayos N eran una forma de radiación exhibida por cualquier número de sustancias, con lasextrañas excepciones de la madera verde y la «anestesia» de metal (metal empapado en éter o cloroformo). En menos de un año de su anunciado «descubrimiento», fueron publicados no menos de 30 artículos que confirmaban la existencia de los nuevos rayos. Otros laboratorios, sin embargo, utilizando métodos más sofisticados, no pudieron replicar los resultados. El instrumento de medición de Blondlot fue un espectroscopio con un prisma recubierto de aluminio con un filamento en el interior. Los rayos N se refractaban por el prisma y se extiendían en un espectro. La única manera de ver los normalmente invisibles rayos N  era hacer que interactuaran con un filamento tratado (por ejemplo, recubierto de sulfuro de calcio). Moviendo el filamento a través de la brecha entre el prisma y la fuente de rayos ocasionaba que el filamento se iluminase y esto era lo que se informaba como una «detección» (ver la ilustración de abajo para otra forma de «detectar» rayos N).


Hacer clic en la imagen para agrandar


En 1903 la revista Nature envió al físico Robert W. Wood de la Johns Hopkins University, quien asistía a una conferencia científica en Gran Bretaña, a Nancy, Francia, para investigar. Durante una serie de experimentos, cuando las luces estaban apagadas, Wood en secreto quitó el prisma del espectroscopio, después de lo cual los rayos N fueron detectados, claramente un resultado imposible, ya que el prisma era supuestamente fundamental para la refracción de los rayos. En resumen, el pequeño experimento de Wood demostró que los rayos N no existían. El uso de Blondlot de una metodología puramente subjetiva, en oposición a un método objetivo, lo llevó a creer en la realidad de los nuevos rayos, como sucedió en varios otros laboratorios, sobre todo en Francia. (Es posible que haya habido algún sesgo nacionalista puesto que los alemanes habían descubierto los rayos X).


Wood era una persona extraordinaria, cuyas muy amplias áreas de interés incluían muchas de la física, así como las áreas no tradicionales tales como la investigación de medios espiritistas y el uso de la metodología científica en la detección de la delincuencia. Después de su visita al laboratorio de Blondlot, Wood informó de sus hallazgos en la edición 29 de septiembre 1904, de Nature, entonces, como lo es hoy, una de las principales publicaciones científicas del mundo. Esta carta, que se puede ver en e-Skeptic, es un clásico en la literatura escéptica. Después de su aparición en la revista Nature, se publicó rápidamente en francés en la Revue Scientifique (Vol. 2, 22 de octubre de 1904, pp 536-538) y en alemán en la Physikalische Zeitschrift (Vol. 1, 1904, pp 789 -791).


La carta parece haber tenido bastante efecto. Según M. Nye, cuya excelente historia del asunto de los rayos N se debe consultar para más detalles («rayos N:. Un episodio en la Historia y Psicología de la ciencia» Estudios Históricos de las Ciencias Físicas, 1980, 125-156 ), «sólo un artículo se presentó a la Academia [Francesa] confirmando los rayos N» en los años siguientes. Por lo tanto, la carta de Wood señaló el comienzo del final del episodio de estos rayos. El debate se cocinó a fuego lento durante unos años más y Blondlot, quien se retiró en 1909, continuó su búsqueda de los rayos N, pero fue en vano.


Cabe señalar que en ninguna parte de la carta de Wood se especificó en qué laboratorio había realizado sus observaciones. Pero todo el mundo en el campo lo sabía.


Imagen de entrada: Robert Wood – justamente reconocido por sus descubrimientos fundamentales en la óptica física, y sus importantes contribuciones a la astronomía, supersónica, y biofísica.


(Reprinted with permission from the copyright holder the Skeptics Society and Skeptic magazine, www.skeptic.com)


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