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Perturbaciones ante la muerte

Posted by keithcoors_00 en 7 junio, 2013

La vida es una ininterrumpida e intermitente sucesión de problemas que sólo se agotan con la muerte.


Ingmar Bergman




Pues sí, la muerte es algo inevitable. Mueren los seres vivos, mueren las estrellas, muere el universo. Todo principio tiene un fin. Todo prólogo tiene un epílogo. Entonces, si todos sabemos eso como un hecho de este mundo ¿por que hay gente que se siente tan perturbada frente a la muerte?


Me refiero a perturbación en el sentido de incomodidad, de necesidad de hacer algo más allá de lo ordinario para sobrellevar este trance, en especial cuando alguien cercano fallece. Recientemente mi madre de 90 años de edad falleció, y si bien no me encontraba totalmente «preparado» para su deceso, la inevitabilidad razonada de este hecho impidió que me sintiese perturbado. Sin embargo, a raíz de este suceso, la gente que me rodea ha tenido reacciones muy interesantes, algunas de ellas definitivamente candidatas a ser causa de perturbación.


Para empezar, cuando alguien muere en su casa (como le sucedió a mi progenitora), es necesario que se dé aviso a ciertas instancias legales. Al parecer el protocolo inicia dando aviso a la Cruz Roja, quien a su vez da aviso a la policía municipal, quien a su vez advierte a la policía judicial y posteriormente al ministerio público. Este último es el encargado de enviar un perito forense para determinar la posible causa de muerte. Aunque si uno cuenta con un médico de confianza, éste puede extender el certificado de defunción y comunicar al perito sus hallazgos respecto a la causa del deceso. Si no se cuenta con médico de cabecera, los representantes de las funerarias que se presentan acompañando a los policías ofrecen ese servicio dentro de un «paquete». Fue perturbador enterarme que representantes de toda esta cadena de instancias estarían presentes en mi casa hasta que se certificara la causa de la muerte de mi santísima madre. Y yo digo, mucho pinche pedo para morirse, me cae.


Lo malo es que en casos como el de mi madre, el IMSS y otras instituciones públicas de salud evitan hacerse cargo de ellos. Cuando la muerte parece inevitable, estas instituciones se lavan las manos y envían a los enfermos a «bien morir» a sus casas. Lo mismo pasó con mi papá quien después de estar internado una semana en el ISSSTE de Toluca, fue dado de alta para que no falleciera en sus instalaciones. El pobre murió al llegar a casa minutos después de ser dado de alta. Pienso que con ello se evitan todo el espectáculo legal.


Y no es que culpe a estas instituciones de la muerte de mis padres. El ISSSTE no tuvo la culpa de que mi papá adquiriese efisema pulmonar por fumar 2 cajetillas de cigarros diarias. Tampoco el IMSS tuvo la culpa de que mi mamá decidiera estar casi inmóvil por meses para evitar «dolores de rodillas».


Lo que me perturbó en cierta medida fue que un grupo numeroso de personas desconocidas (entre paramédicos de la benemérita, genísaros munícipes, agentes judiciales y peritos forénsicos) deambularan por mi casa esperando algo. Sólo les ofrecí agua de sabor en vasos desechables. Y finalmente acepté una propuesta de paquete funerario que incluía certificado de defunción, incineración del cuerpo y trámite de actas ante el Registro Civil, con lo que se conjuró la asamblea de buitres uniformados que se celebraba en mis aposentos.


Una causa más de perturbación fue que un vecino me dijera que él «ya sabía» que alguien iba a fallecer en el edificio. Cuando le pregunté que cómo es que él sabia eso, me dijo que unos días antes unos perros habían aullado en la noche al pie de la edificación. Me dijo que en su pueblo eso significaba la muerte inminente de alguien en las inmediaciones. Recordé haber oído el ladrido y aullido de perros callejeros hacía un par de noches, pero la causa del alboroto nocturno era evidentemente el irrefrenable deseo de preservar la especie canina. No desilusioné al vecino con mis escépticas y prosaicas conclusiones, quien entre lágrimas pero amablemente me había dado el pésame minutos antes. Mi propio silencio fue perturbador.


Otro asunto interesante fue que las vecinas de los alrededores me pidieran permiso para «rezarle a la difuntita» de cuerpo presente. Accedí por dos razones. La primera es que mi madre hubiese querido eso precisamente, que un grupo de entusiastas pero muy piadosas vecinas le dedicaran el rezo de un rosario y otras oraciones (que más bien me parecieron canciones vernáculas sin música). La segunda es que entre este grupo se encontraba una vecina muy atractiva, quien asistió en «hot pants» al rezo colectivo. Gran motivo de perturbación, digo yo.


Cuando accedí a que le rezaran a mi fallecida progenitora les advertí a las vecinas que si bien estaría presente, no participaría activamente en los rituales, debido a mi falta de fe. Eso las perturbó un poco, pero no tanto como cuando a la lideresa de los rezos le ofrecí sólo agua de sabor al final de su homilía. Quizás ella, al igual que el ejército de uniformados, esperaba una propina que nunca llegó. Al parecer ni la legalidad ni la fe se conforman fácilmente con agua endulzada. Un aspecto que me extrañó es que para poder rezar se me pidió que acomodara la cama donde yacía mi madre de tal forma que sus pies apuntaran hacia el Este. ¿Para qué hacer eso? No pregunté, pero al parecer esa posición era la «correcta» para las piadosas damas que rezaron con fervor.


A las pocas horas de concluido el rezo vino la carroza de la funeraria para trasladar el cuerpo de mi madre a una instalación con refrigeración, para evitar su descomposición ya que sería cremado hasta el día siguiente. ¿Me perturbaba estar en la misma casa con el cuerpo inerte de mi progenitora sin más compañía? En lo absoluto. Es cierto que uno siente la falta de compañía y la mente se empeña en recordar los buenos y los malos momentos vividos con el finado. Incluso tampoco me siento perturbado ahora que han pasado dos semanas de su muerte, en las cuales sus cenizas aguardan en mi casa para ser trasladadas al Panteón Español en la Cd. de México (donde, por voluntad de mi mamá, estarán junto a las cenizas de mi papá).


Así las cosas, los momentos perturbadores de todo este trance se originaron más bien por las actitudes de las personas que por el hecho de la muerte en sí mismo. Siento mucho que mi mamá se haya ido. Me apena saber que ya no estará para ver a su más pequeña nieta en su fiesta de quince años, lo cual deseaba presenciar. Pero no me perturba. Así es la vida. Termina cuando termina, no cuando uno desearía que terminara.









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La física y el alma inmortal

Posted by keithcoors_00 en 7 junio, 2011

Yo soy el dueño de mi destino; yo soy el capitán de mi alma.



Desde Scientific American’s Guest Blog
Por Sean M. Carroll
Traducción: KC



El tema de la «vida después de la muerte» plantea connotaciones de mala reputación de la regresión a vidas pasadas y mansiones embrujadas, pero hay un gran número de personas en el mundo que creen en alguna forma de persistencia del alma individual después del fin de la vida. Es evidente que esta es una pregunta importante, una de las más importantes que podamos pensar en términos de relevancia para la vida humana. Si la ciencia tiene algo que decir al respecto, todos deberíamos estar interesados ​​en escuchar.


Adam Frank piensa que la ciencia no tiene que decir nada al respecto. Él aboga por ser «firmemente agnóstico» sobre la cuestión (decididamente su coblogger Alva Noë no está de acuerdo). Tengo un enorme respeto por Adam; es un hombre inteligente y un pensador cuidadoso. Cuando no estamos de acuerdo es con el tipo de diálogo respetuoso que debería ser un modelo para estar en desacuerdo con la gente que no está loca. Pero aquí Adam no podía estar más equivocado.


Adam afirma que «simplemente no hay información controlada y experimentalmente verificable» sobre la vida después de la muerte». Aplicando este razonamiento, no hay información controlada, experimentalmente verificable acerca de si la Luna está hecha de queso verde. Claro, podemos tomar los espectros de luz que se refleja desde la Luna, e incluso enviar astronautas allá arriba y traer muestras para su análisis. Pero eso es sólo arañar la superficie, por así decirlo. ¿Y si la Luna está hecha casi toda de queso verde, pero se cubre con una capa de polvo de pocos metros de grosor? ¿Se puede realmente decir que sabemos que esto no es cierto? Hasta que no se hubiese examinado cada centímetro cúbico de interior de la Luna, en realidad no se podría decir que se tiene información verificable experimentalmente ¿verdad? Así que tal vez el agnosticismo en el tema del verde queso está garantizado. (Vayamos con toda la información que realmente se tiene sobre la Luna, y prometo que puede encajar en la hipótesis del queso verde.)


Obviamente esto es una completa locura. Nuestra convicción de que el queso verde puede representar una fracción insignificante del interior de la Luna no proviene de la observación directa, sino de la incompatibilidad total de esa idea con otras cosas que creemos saber. Habida cuenta de lo que entendemos sobre las rocas y los planetas y los productos lácteos y el Sistema Solar, es absurdo imaginar que la Luna está hecha de queso verde. Eso lo sabemos mejor.


También sabemos mejor el asunto de la vida después de la muerte, aunque las personas son mucho más reacias a admitirlo. Es cierto que la evidencia «directa» de un modo u otro es difícil de obtener – todo lo que tenemos son algunas leyendas y afirmaciones incompletas de testigos no fiables con experiencias cercanas a la muerte, además de una cubeta llena de ilusiones. Pero sin duda que está bien tener en cuenta la evidencia indirecta – es decir, la compatibilidad de la idea de que alguna forma de nuestra alma individual sobrevive a la muerte con otras cosas que sabemos sobre cómo funciona el mundo.


Las afirmaciones de que alguna forma de conciencia persiste después de que nuestro cuerpo muere y se descompone en sus átomos constituyentes enfrenta un enorme obstáculo insalvable: las leyes de la física subyacente a la vida cotidiana se conocen con exactitud, y no hay forma de que dentro de esas leyes se permita que la información almacenada en nuestros cerebros persista después de la muerte. Si usted afirma que algún tipo de alma persiste más allá de la muerte ¿podría decir algo sobre las partículas que conforman el alma? ¿Qué fuerzas las mantienen juntas? ¿Cómo interactúan con la materia ordinaria?


(Nota de KC: Este tipo de preguntas o condiciones para la persistencia del alma después de la muerte se revisan en forma somera en una de las primeras entradas de este blog titulada Requisitos racionales para la Reencarnación)


Todo lo que sabemos acerca de la teoría cuántica de campos (TCC) nos dice que no hay respuestas sensatas a estas preguntas. Por supuesto, todo lo que sabemos acerca de la teoría del campo cuántico podría estar equivocado. Además, la Luna podría estar hecha de queso verde.


Entre los defensores de la vida después de la muerte, nadie hace el intento (o el esfuerzo) de sentarse y hacer el trabajo difícil de explicar cómo la física básica de los átomos y los electrones tendrían que ser alteradas para que esto sea cierto. Si lo intentamos, el absurdo fundamental de la tarea rápidamente se hace evidente.


Incluso si usted no cree que los seres humanos son «simples» colecciones de átomos evolucionando e interactuando de acuerdo con las normas establecidas en el Modelo Estándar de física de partículas, la mayoría de las personas han llegado a aceptar que los átomos forman parte de lo que somos. Si en realidad todo es átomos y las bien conocidas fuerzas, es evidente que no hay manera de que el alma sobreviva a la muerte. Creer en la vida después de la muerte, por decirlo suavemente, requiere una física más allá del Modelo Estándar. Lo más importante es que se necesitaría de alguna forma que «la nueva física» interactúe con los átomos que tenemos (para recibir la información de nuestras vivencias almacenadas en la memoria de nuestro cerebro, hecho de átomos «normales», nota de KC).


Muy a grandes rasgos, cuando la mayoría de la gente piensa acerca de un alma inmaterial que persiste después de la muerte, tienen en mente una especie de burbuja de energía espiritual que tiene su residencia cerca de nuestro cerebro, y pasa alrededor de nuestro cuerpo como una madre de casa manejando su camioneta deportiva. Las preguntas son: ¿qué forma debe tomar la energía espiritual, y cómo interactúa con nuestros átomos ordinarios? No sólo es necesaria una nueva física, sino una física radicalmente nueva. Dentro de la TCC, no puede haber una nueva colección de «partículas de espíritu» y «fuerzas espirituales» que interactúan con nuestros átomos ordinarios, porque los habría detectado en los experimentos existentes. La navaja de Ockham no está de ese lado, ya que habría que plantear un reino completamente nuevo de la realidad, obedeciendo a reglas muy diferentes de las que conocemos.


Pero digamos que usted hace eso. ¿Cómo se supone que la energía espiritual interactúa con nosotros? Esta es la ecuación que nos dice cómo se comportan los electrones en el mundo cotidiano:


No se preocupe por los detalles, lo que importa es el hecho de que la ecuación existe, no su forma particular. Es la ecuación de Dirac – los dos términos a la izquierda son más o menos la velocidad del electrón y su inercia – junto con el electromagnetismo y la gravedad, los dos términos a la derecha.


En cuanto a cada uno de los experimentos realizados se trata, esta ecuación es la descripción correcta de cómo se comportan los electrones a energías cotidianas. No es una descripción completa, no hemos incluido la fuerza nuclear débil, o enlaces a las partículas hipotéticas como el bosón de Higgs. Pero eso está bien, ya que esos sólo son importantes a altas energías y/o de corta distancia, muy lejos de ser el régimen de importancia para el cerebro humano.


Si usted cree en un alma inmaterial que interactúa con nuestro cuerpo, necesita creer que esta ecuación no está bien, incluso en las energías cotidianas. Es necesario que haya un nuevo término (como mínimo) a la derecha, que represente cómo interactúa el alma con los electrones (si el término no existe, los electrones acaban por seguir su camino como si no hubiese un alma para nada, y entonces ¿qué sentido tiene?). Así que cualquier científico respetable que tome en serio esta idea estaría preguntado ¿qué forma debe tomar esta interacción? ¿Es local en el espacio-tiempo? ¿Respeta el alma invariancia de norma y la invariancia de Lorentz? ¿El alma tiene un Hamiltoniano? ¿Las interacciones preservan la unitariedad y la conservación de la información?


Nadie hace estas preguntas en voz alta, posiblemente debido a lo tonto que suenan. Una vez que se empieza a preguntar, la elección a la que nos enfrentamos se hace evidente: o descartamos todo lo que pensamos que hemos aprendido acerca de la física moderna, o desconfiamos de la línea religiosa/testimonios poco fiables/ilusiones que hacen que la gente crea en la posibilidad de la vida después de la la muerte. No es una decisión difícil, en lo que respecta a escoger la teoría científica.


No elegimos teorías en el vacío. Se nos permite – de hecho, se nos exige – preguntar cómo las afirmaciones acerca de cómo funciona el mundo encajan con otras cosas que sabemos sobre cómo funciona el mundo. He estado hablando aquí como un físico de partículas, pero hay una línea similar de razonamiento que proviene de la biología evolutiva. Es de suponer que los aminoácidos y las proteínas no tienen almas que prevalezcan después de la muerte. ¿Qué pasa con los virus o las bacterias? ¿En qué momento de la línea de la evolución de nuestros antepasados monocelulares hasta hoy los organismos dejaron de ser descritos simplemente como átomos interactuando con la gravedad y el electromagnetismo, y desarrollaron un alma inmortal inmaterial?


No hay razón para ser agnóstico acerca de las ideas que son radicalmente incompatibles con todo lo que sabemos acerca de la ciencia moderna. Una vez que sobrepasemos cualquier renuencia a enfrentar la realidad sobre este tema, podemos llegar a preguntas mucho más interesantes de cómo los seres humanos y la conciencia realmente funcionan.



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Como hacer una señal del fin del mundo

Posted by keithcoors_00 en 31 enero, 2011

La antigüedad del tiempo es la juventud del mundo.

Sir Francis Bacon


Me he resistido un tanto a escribir sobre esta serie de recientes sucesos que han sido multipublicitados por los terroristas informáticos de siempre. Se trata de una especie de «ola» mundial de misteriosas muertes masivas (MMM de aquí en adelante) de especies animales diversas, como peces, aves, ranas y hasta pulpos. Y si me he resistido es porque en realidad no veía más que el constante intento de los mentirosos de siempre, de los que viven de aterrorizar a los demás para meter miedo en la gente impresionable.


De acuerdo con algunas notas periodísticas, los sucesos que han dado lugar a cierta preocupación entre ambientalistas del mundo podrían estar ligados al cambio climático, lo cual es una buena explicación debido a que, como es bien sabido, cuando se altera el delicado equilibrio en el ambiente en el que florecen ciertas especies animales, éstas se ven en la imperiosa necesidad de adaptarse si es que han de sobrevivir en ese hábitat. Pero no todas las especies animales pueden adaptarse (o mudarse a mejores hábitats).


Pero lejos de ver las causas naturales (o un tanto artificiales) que han dado lugar a estas MMM, los improvisados agoreros de siempre y los terroristas informáticos de costumbre han dado por «agrupar» estos eventos, para intentar dar sustento a la venida del apocalíptico fin del mundo para 2012. está el caso de don Ángel Rodriguez que hasta se aventó a sugerir que estas muertes podrían deberse a los resultados del LHC (específicamente la «creación de un nuevo tipo de agua capaz de “congelar” el planeta»):


¿podría ser ese el frío del que has hablado con el tema de las aves, los peces y otros animales?.


Incluso una forista de nombre Felicia Vera sugirió que esta ola de MMM es una especie de «mensaje contundente«, absoluto, total.


Sin embargo, que algunas especies animales muestren disminuciones evidentes en su población (o MMM) en un cierto lapso de tiempo no significa que eso sea una causa o «evidencia» de que el mundo se acabará en breve. Al parecer, para Felicia y para Ángel (y quizás para muchos más), el hecho de que se mueran unos peces es un mensaje ABSOLUTO. Para mi no lo es. Y no lo es porque haciendo un poco de ejercicio mental (es odioso, lo sé, y da flojera, por eso es mejor calificar a los mensajes como CONTUNDENTES), podemos evaluar rápidamente el número de peces que hay en el mundo. ¿Piensas, estimado lector, que por cada ser humano vivo en la tierra pueda haber 10 peces? ¿100 peces? ¿1000 peces?


Una vez respondida esa pregunta, piensa ahora cuántos peces se murieron en los eventos tan comentados. Después evalúa el porcentaje de peces muertos con relación a la totalidad de los peces vivos en este momento. Yo ya lo hice y no veo contundencia en el hecho. Ni me parece ABSOLUTO. Pero ese es sólo mi análisis.


La apuesta más probable para dilucidar estos MMM está en el uso de información diversa en un modo totalmente inconexo acudiendo a la falacia lógica conocida como «confusión de asociación por causalidad» (ver entrada sobre falacias lógicas).


Debido a este intento por dar un sentido apocalíptico a una serie de sucesos es que se me ocurrió compartir con mis lectores esta receta para fabricar… ejem, perdón, documentar una MMM de hormigas en las cercanías de mi casa. Igualmente, he fabri… lo siento, se me va la mano porque padezco del síndrome de la mano extraña, quise decir que he documentado la MMM de cucarachas, aunque de estas últimas admito que he tenido que agrupar los cadáveres durante una semana, debido a que en un día sólo me he encontrado a una o a dos de esta especie.


La primera MMM de hormigas es como de 200. Las conté de una en una y les lomé el pulso a todas. En efecto, estaban muertas, lo juro. La MMM de cucarachas es como de 10, y todas estaban patas para arriba, señal inequívoca de su muerte. ¿La evidencia? Ahí está la cucaracha muerta en la imagen de entrada.


Ahora colocaré ambas notas junto a la muerte del pulpo Paul y la de los puerquitos en el rancho de mi compadre y las enviaré a todos los feligreses de la iglesia de los santos de los últimos días bajo el título «Se acerca el fin del mundo, muertes inexplicables de animales lo confirma».


Con estas sendas noticias pretendería demostrar a los feligreses que el mundo se acabará en el 2012, ya que las MMM de hormigas y cucarachas en el patio de mi casa son inexplicables… bueno inexplicables para quienes no han estado por ahí cerca cuando mi esposa rocía insecticida en las inmediaciones. Pero para que la receta surta efecto, conservaré este último comentario en secreto, para que mi público «target» se lo crea toditito.



Actualización; 6 de febrero de 2011.


A la receta antes descrita añado un par de extrañas notas sobre la misteriosa muerte de animales impensables. La primera se refiere a la MMM de 100 perros de la raza Husky, acaecida en Whistler, Columbia Británica. La segunda se refiere a la muerte de 34 animales; dos cocodrilos, cinco iguanas, un mono capuchino, 14 pericos y 12 serpientes que murieron en el zoológico de Aldama, Chihuahua, por bajas temperaturas. Lo que me reconforta es que estas MMM ya están siendo investigadas. Lo misterioso de la primera estriba en que fueron provocadas por un sólo hombre (una especie de Jack the Ripper canino). La segunda tiene el misterio del frío ¿por qué hace tanto frío? seguro porque ya viene el fin del mundo.


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Credulidad y desinformación en Tepito y la verdad sobre los infantes «secuestrados»

Posted by keithcoors_00 en 9 junio, 2010

La única verdad es la realidad.

Aristóteles


No me parecía tan extraño que los vecinos del barrio bravo de Tepito (en el centro de la Ciudad de México, D.F.) se levantasen casi en armas por el supuesto secuestro de un par de niños. Tepito, famoso por ser desde hace décadas una zona donde se comercia lo ilegal, lo robado, lo prohibido, también tiene fama por la cohesión de sus habitantes para defender sus cotos, sus valores, sus tradiciones.


La tarde del lunes 31 de mayo corrían versiones de que cuatro sujetos encapuchados habían tratado de robarse a un niño que caminaba por las calles de este barrio. La credulidad de los vecinos de Tepito hizo que sus tradicionales valores de unión contra los «abusos de la autoridad» se desbordaran para bloquear calles en protesta por este supuesto hecho (ver nota de El Universal: http://www.eluniversal.com.mx/notas/684521.html). Se pedía a las autoridades que se investigase el secuestro.


De acuerdo con reportes policiacos, los vecinos se encontraban en el cruce del Eje 2 Norte con eje 1 Oriente avenida del Trabajo, para llamar la atención de las autoridades ya que, aseguraban, se habían robado a varios niños de esa colonia.



Así decía la nota de El Universal que llevaba como título «Exigen a PGJ indagar robo de niños«:

Si tuvieramos dinero o fuéramos influyentes, las autoridades harían su trabajo y mis hijos estarían con nosotros”, dijo Javier Covarrubias, padre de los menores Isis Liliana, de un año y medio, y Darien Isaí Covarrubias Merino, de dos años siete meses de edad, quienes fueron robados de sus brazos el pasado 18 de mayo mientras era golpeado.


Los hechos ocurrieron en la avenida del Trabajo, entre las calles de Constancia y Granada, en la colonia Morelos, aproximadamente a las dos de la tarde. “Bajamos de un microbús, yo iba cargando a Darién porque iba dormido, y bajé a Liliana porque le iba a poner sus zapatos para que caminara”, cuenta Javier.


“Sentí un empujón por la espalda, me caí, hice al niño a un lado y me empezaron a golpear. Pensé que me iban a matar, oí a mi hijo llorar, luego ya no lo escuché. Dejaron de golpearme, me levanté y vi a un sujeto correr, sólo pensé en ir tras él, y en ese momento mis hijos ya no estaban”.


Así, la reacción de los vecinos de Tepito resultó en el visible secuestro de un Turibús y del secuestro de las calles aledañas al cruce de Eje 2 Norte y Circunvalación, así como Canal del Norte en demanda de refuerzo de seguridad para evitar robo de niños. Mi primer foco rojo se encendió cuando me pregunté ¿Cómo pretenden los vecinos de Tepito evitar secuestros si ellos secuestran también?


En su manifestación en contra de la desaparición de niños, presuntos comerciantes de Tepito bloquearon calles y realizaron una caravana en motocicletas sobre las aceras lo que generó molestias tanto a automovilistas como a peatones.





Durante la protesta un centenar de comerciantes, a bordo de sus motocicletas, circularon en la banqueta en diversas calles del primer cuadro de la ciudad de México como parte de sus acciones; en la manifestación se pudo observar a la mayoría de los participantes sin cascos y en algunos casos se vio a cuatro tripulantes por vehículo. A su paso, según la nota del periódico, los manifestantes empujaron a los peatones y tiraron a varios de ellos.


Otro foco rojo. Me pregunto, el enojo de los vecinos de Tepito ¿les da la justificación para cometer desmanes? ¿Para dar rienda suelta a sus frustraciones? Al parecer así fué.


A los pocos días me sorprendí bastante al ver una nota en la que el papá de los niños desaparecidos había confesado que «los había dado en garantía de una deuda de $25,000». La nota de El Universal así decía el lunes 7 de junio:


La Procuraduría capitalina informó que la desaparición de los dos niños que desató las protestas en Tepito por el supuesto robo de menores de edad fue consecuencia de que Javier Covarrubias González, padre de los pequeños Isis Liliana y Darien Isaí, los entregó como finiquito o pago provisional de un adeudo de 25 mil pesos a una mujer que identifica como “Lupe”, y que al parecer vive en la colonia Constituyentes, municipio de Tlalnepantla, estado de México.

Vaya giro de la historia. Cuando la policía lo confrontó con la evidencia en video que mostraba que no había estado en la zona en el momento del supuesto secuestro, el «pobre» Javier cambió su versión, diciendo que se había sentido impulsado a pedir 25,000 pesos y había dado a sus hijos como pago o prenda o garantía por esta cantidad a una mujer de nombre Lupe. Tercer foco rojo: ¿A quien se le ocurre dar a sus hijos a cambio de dinero? Y luego culpar a unos imaginarios secuestradores encapuchados… Y luego echar a andar las huestes tepiteñas a una orgía de vandalismo y furia sin coto para desviar la atención. Algo malo estaba asomándose desde la misma escala de valores de este hombre de apenas 22 años.


Pero hoy finalmente salió el peine: Se encontraron los cadáveres de estos pequeños y su padre, el ya no pobre sino infame Javier, confesó haberlos asesinado:


La Procuraduría capitalina informó que hallaron dos cadáveres en avanzado estado de descomposición, al parecer se trata de los hermanitos Darien Isaí e Isis Liliana Covarrubias Moreno, de dos años y siete meses, y de año y medio de edad, respectivamente.


El asesino confesó que el día que los mató se sentó sobre unas piedras y mientras su hijo jugaba a sus espaldas, atrajo a la pequeña hacia su pecho, le cubrió la naríz y la boca con una mano, hasta matarla. Tras esto, llamó al pequeño y lo asesinó del mismo modo.


Según su propio relato, cavó un hoyo donde metió a su hijo en una bolsa negra, y lo cubrió de tierra. Acudió a un mercado para comprar una maleta, en la cual echó el cuerpo de su niña, para abandonarlo sobre avenida Insurgentes, afuera del parque; cerca de unas torres encontró un hueco donde la dejó.


Después de haber matado a sus hijos fue a la casa de sus cuñadas, en el barrio Tepito, donde no encontró a nadie. En su camino se encontró a su esposa, a quien le aseguró que unos sujetos lo habían golpeado para robarse a sus hijos.

No pues sí. Que historia tan lamentable. Cuarto y último foco rojo: ¿Cómo puede haber gente tan cruel y despiadada como para matar a sus hijos a sangre fría? ¿Que motivos podría tener este infeliz comerciante para realizar semejante atrocidad? (Ver Actualización)


Como dice la cita de entrada, la única verdad es la realidad. Y la realidad es que dos inocentes niños murieron a manos de su propio padre. Y la realidad es que las mentiras de este sujeto llavaron a la gente de su barrio a tomar calles y cometer tropelía y media. En sus mentes, adivino, estaba muy en alto el sentido de la unidad, pero muy bajo su escepticismo ante la historia contada por Javier.


Cierto es que se exaltan los ánimos cuando se escucha una historia como la que contó el infame Javier, pero ¿cómo contener las reacciones de furia y de impotencia ante lo relatado? Sólo aplicando un poco de escepticismo.


Ahora la gente de Tepito que hizo su «oso» el lunes 31 de mayo ¿cómo enfrentará la verdad? ¿Seguirá creyendo que los niños fueron secuestrados y que Javier fue obligado a declararse culpable? ¿Seguirá pensando que no hay justicia en su barrio? ¿Se mantendrá con ese valor de la union «a ciegas»?


Ya todo un país se volcó en una enfermiza credulidad cuando los papás de Paulette Gebara la reportaron como «extraviada». ¿Hasta cuando seremos tan crédulos? ¿Hasta cuando usaremos un poco de escpeticismo para evitar hacer tales desmanes y exhibiciones de ira, furia e indignación ante eventos falsos?



No lo sé aún. Pero en este espacio se mantiene la línea:

Ejercer el escepticismo evita caer en la estúpida credulidad que ciega a la gente y hace cometer desmanes y más crímenes.

Y otra cosa más, evita ejercer juicios como los del propio Javier que demuestran ese odio ancestral e irracional hacia los que tienen más dinero o son «influyentes», pues finalmente las autoridades hicieron su trabajo. Investigaron para encontrar al asesino de los niños: Su propio padre.


Imágenes desde El Universal.

Actualización. 10 de junio de 2010.


¿Cómo puede alguien matar a sus propios hijos? ¿Asfixiarlos con sus manos y después contarlo a detalle? Javier Covarrubias González lo hizo y después de asesinarlos y tratar de encubrirlo confesó con precisión su crimen, lo cuenta sin remordimiento porque encaja en el perfil del psicótico, aseguró el psicólogo clínico Alejandro del Río.


«La estructura de personalidad psicótica tiene la característica que no hay remordimiento ni sentimientos de culpa. Los psicóticos tienen la noción de que actuaron mal pero no sienten culpa, eso se puede analizar de la frialdad. No son empáticos a los sentimientos ni a los propios ni de los demás, sí los pueden registrar pero no hacen empatía, son fríos, esto se denomina un aplanamiento afectivo», dijo el especialista.

Nota desde El Universal: http://www.eluniversal.com.mx/notas/686671.html

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Llamando a los Muertos por teléfono

Posted by keithcoors_00 en 22 enero, 2009

Hablar con los muertos es fácil. Pero hacer que los muertos respondan es difícil. ¿Por qué no les telefoneamos?

Por Michael Shermer
Traducción: KC



«¿Está Mateo ahí?», preguntó Cheyenne, dirigiendo su voz hacia la caja de la mesa con la esperanza de que su hermano viniese desde la otra parte. «Sí,» la respuesta llegó. Con la conexión «validada», Cheyenne continuó temblorosa: «¿Fue un error el suicidio?» El orador respondió, «Mi muerte fue un error». Con lágrimas en cascada sobre sus mejillas, Cheyenne pidió hablar con su madre, y cuando la conexión se hizo ella farfulló, «¿Puedes ver a mis hijos, tus nietos hermosos?» Mamá respondió: «Sí. Veo a los niños «.

Los mensajes de Cheyenne que afirmaban la vida después de la vida la vida salieron del «Teléfono de los muertos» de Thomas Alva Edison – o, al menos, un facsímil de una máquina que se rumoraba que el gran inventor nunca construyó. Era sólo una de las muchas conferencias de ese día (a razón de 90 dólares la entrada), conducidas por Christopher Moon, editor en jefe de la revista Haunted Times, y parte del espectáculo que es Univ-Con, una conferencia de lo paranormal organizada por Ryan Buell, el telegénico anfitrión del programa televisivo de A & E «Paranormal State». Fui invitado para proporcionar alguna sensibilidad científica.

No pude escuchar al hermano de Cheyenne, a su madre o a cualquier otro espíritu incorpóreo, hasta que Moon interpretó los ruidos aleatorios procedentes de la máquina que, él me explicó, fue creada por un hombre de Colorado llamado Frank Sumption. «La Caja de Frank», de acuerdo con su inventor, «consiste en un generador aleatorio de tensión, que se utiliza para ajustar un módulo receptor de Amplitud Modulada (AM) rápidamente. El audio del sintonizador ( «audio en bruto») se amplifica y alimenta a una cámara de eco, donde los espíritus la manipulan para formar sus voces «. Aparentemente, esto es difícil para los espíritus, de modo que Moon emplea la ayuda de «Tyler» un espíritu «técnico», a quien él llama para acorralar a los espíritus rebeldes dentro de oído del receptor. Lo que sonaba fue como cuando se mueve un dial de la radio rápidamente, de modo que sólo los ruidos y fragmentos de palabras fueron audibles.

«Están los muertos dentro de esa caja?» Le pregunté a Moon. «No sé dónde están los muertos. En otra dimensión, probablemente», Moon conjeturó. «Bueno, ya sabemos lo fácil que es para nuestro cerebro encontrar patrones significativos en el ruido aleatorio», seguí, «¿cómo puede diferenciar entre las palabras de una una persona muerta y los ruidos aleatorios que sólo suenan como palabras?». Moon estuvo de acuerdo,» Tienes que ser muy cuidadoso. Grabamos las sesiones y conseguimos coherencia en lo que la gente escucha». Persistí: «Coherencia, como en que porcentaje ¿95 por ciento, 51 por ciento? «. » Mucha», respondió Moon. Las preguntas y respuestas terminaron allí, porque el siguiente período de sesiones estaba a punto de empezar, y no quería perderme la conferencia titulada «La Mecánica Cuántica: ¿Está demostrando la existencia de lo Paranormal?» dictada por otro especulador de lo paranormal con el uri-nombre de Konstantinos .

Esa noche en mi discurso de apertura expliqué cómo el cerebro es «cebado» para ver u oír algo que aumenta la probabilidad de que la percepción obedezca a los conceptos. Interpreté una parte de la canción Stairway to Heaven de Led Zeppelin al revés, en la que se puede escuchar un ocasional «Satanás», y luego la interpreté de nuevo después de cebar sus cerebros proyectando la supuesta palabra oculta en la pantalla. Los datos auditivos se pasaron del lado de las señales visuales (la más divertida fue «there was a little toolshed where he made us suffer, sad Satan» – ver en mi conferencia Escepticismo 101 (36MB Quicktime). También interpreté una serie de ilusiones auditivas producidas por Diana Deutsch, psicóloga de la Universidad de California, en San Diego (http://deutsch.ucsd.edu/), en la que un bucle de cinta repetitiva de dos sílabas de una palabra es interpretada como diferentes palabras y frases en la mente de personas diferentes.

Estos son ejemplos de «patronicidad», la tendencia a encontrar patrones significativos en ruido aleatorio sin sentido alguno (un concepto que introduje en mi columna de diciembre 2008), y al día siguiente la puse a prueba cuando Moon me dio un demo. Con el Teléfono de los Muertos chirriando a lo lejos, intenté conectar a mis difuntos padre y madre, pidiendo una «validación» de una conexión – sus nombres, la causa de su muerte … cualquier cosa. Lo intenté una y otra vez. Nada. Moon le pidió a Tyler intervenir. Nada. Moon dijo que escuchó algo, pero cuando lo presioné simplemente salió con evasivas. Yo voluntariamente suspendí mi incredulidad en espera de hablar con mis padres, a quienes extraño mucho. Nada. He buscado por cualquier patrón que puediera encontrar. Nada.

Y eso, me temo, es mi evaluación de lo paranormal: Nada.


*Reprinted with permission from the copyright holder the Skeptics Society and Skeptic magazine, http://www.skeptic.com

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