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Posts Tagged ‘Viajes espaciales’

Yuri Gagarin, primer héroe de mi infancia

Posted by keithcoors_00 en 12 abril, 2011

La Tierra es la cuna de la Humanidad, pero no podemos vivir para siempre en la cuna

Konstantín Tsiolkovski


Hace 50 años, cuando yo era un chamaquillo recién ingresado en el kindergarden, una noticia me impactó enormemente. Los adultos comentaban que un hombre estaba dándole vueltas a la tierra, en una cápsula que se denominaba «nave espacial». Si bien yo ya sabía de la existencia del satélite artificial «sputnik», la idea de que un ser humano anduviese viajando por el espacio se me hizo lo más increíble y avanzado de la ciencia y la tecnología de esos días.


Era la época de los televisores en B y N, con pantallas de bordes redondeados, la época en que un teléfono fijo en casa era objeto de culto, la época en la que aún había discos de 78 RPM que los viejos guardaban celosamente por lo frágil del material vítreo del que estaban fabricados, la época del twist y de los peinados de panal. Era la época en la que aún circulaba un ferrocarril con máquina de vapor por lo que hoy es el camellón de la Avenida de los Misterios en mi natal Ciudad de México.


La fascinación del suceso hizo que el nombre de Yuri Gagarin se quedase grabado en mi mente como una marca indeleble. De hecho, la primara profesión que en ese entonces deseaba yo tener para mi etapa adulta era precisamente la de «cosmonauta» (la palabra que designaba a estos viajeros espaciales rusos, a diferencia de «astronauta» que se usó después para sus contrapartes norteamericanos). Así crecí, con una predilección y fascinación por todo lo que tuviese que ver con la conquista del espacio.


A 50 años de este suceso, no quise dejar de escribir unas líneas para festejarlo. Un evento histórico que marcó el inicio de la conquista tripulada del espacio. Mi recuerdo y mi reconocimiento para Yuri Gagarin, el primero que pudo ver y constatar que en el cielo no había nada sobrenatural.


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Sí hubo una nube provocada por el LCROSS

Posted by keithcoors_00 en 18 octubre, 2009

¡Ah qué grande es el mundo a la luz de las lámparas!
¡Y qué pequeño es a los ojos del recuerdo!

Charles Baudelaire



Desde SpaceWeather
Traducción y comentario: KC


Hubo una nube, después de todo. Los observadores en la Tierra tenían sus dudas después de que la misión LCROSS y su cohete Centauro impactaran en la Luna el pasado viernes 9 de octubre. Los impactos lunares gemelos no pudieron producir plumas de  desechos visibles desde la Tierra, lo que provocó la especulación de que algo había salido mal. Por el contrario, los miembros del equipo científico LCROSS llaman ahora al experimento «un éxito rotundo».

Quince segundos después de que el Centauro golpeara el fondo oscuro del cráter Cabeus, la nave LCROSS volando a una altura de 600 km obtuvo la imagen  mostrada de una pluma con una medida estimada de 6 a 8 km de ancho:

«Hay una indicación clara de una nube de vapor y de finos desechos», dice el investigador principal de LCROSS Tony Colaprete de la NASA/Ames. «El brillo del material expulsado parece empatar en la parte baja con nuestras predicciones, y esto puede ser un indicio de las propiedades del material que golpeó el cohete Centauro».

Nueve cámaras y espectrómetros de LCROSS capturaron cada fase de impacto del Centauro: el resplandor inicial, el penacho de escombros, y la creación del cráter por el Centauro. «Nos sentimos arrastrados por los datos devueltos», dice Colaprete. «El equipo está trabajando duro en el análisis y los datos parecen ser de muy alta calidad.»

¿Pero el impacto mostró algo de agua en el fondo de Cabeus? El equipo de LCROSS no está listo para decirlo todavía. Combinar sus datos con los de otros observatorios y analizar el conjunto completo de datos podría llevar semanas. Según la NASA, «cualquier nueva información se someterá al proceso normal de revisión científica y se dará a conocer tan pronto como esté disponible».

Para obtener más información, lea el comunicado de prensa de la NASA del 16 de octubre y navegue por la galería de imágenes.


Comentario:

Como siempre se espera en estas cosas, alguien de la horda de ovnílatras sale con su batea de babas anunciando que hubo un OVNI antes del evento, «inspeccionando» la zona. El caso que menciono es el de la siempre tenaz (en las mentiras, engaños y terrorismo informático) Bibiana Bryson, quien publicó en su sitio un video que muestra un quesque OVNI rondando el cráter lunar donde se estrellaría la sonda de LCROSS minutos después.

Como puede corroborar el lector en el video de Youtube, la foto fija del fondo es evidentemente «trucada» con una especie de mancha (que curiosamente NO genera sombra en la luna) moviéndose en forma aleatoria. Exhibir estas claras falsedades no hace un buen favor a esta señora, pero menos lo hace el mezclar sus ideas sobre el supuesto profeta Parravicini:

No habrá revelaciones por que el ser lunar descompondrá el artefacto de Tierra y nada será. (año 1967).

Esta «profecía», que más parece el balbuceo de un bebé cuando empieza a pronunciar palabras, sin más referencias como fechas o nombres, es tan vaga como el humo de un cigarro apagado. Es de dar risa, cuando menos. Cuando más, da pena ajena.

Además, por si fuese poco, la noticia que se presenta con esta entrada da al traste con los deseos de gente que quisiera que lo que hace la ciencia (en específico la NASA) sirviera para mostrar que una civilización extraterrestre se encarga de «cuidar» el medio ambiente sideral. Gente que gusta de las ondas retrógradas, como la infame Bibiana, no se dan cuenta de que estos videos y supuestas «evidencias» son obra de bromistas malintencionados o bien de terroristas informáticos. Por supuesto, estos pseudo comunicadores de los misterios, NUNCA aplican un poco de escepticismo o pensamiento crítico.

No sea que se les acabe el negocio.

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Muy alertas en el Mar de la Tranquilidad

Posted by keithcoors_00 en 22 julio, 2009

see captionEstar alerta, he ahí la vida; yacer en la tranquilidad, he ahí la muerte.

Oscar Wilde


Desde Science@NASA
Por el Dr. Tony Phillips
Traducción: KC

Derecha: La huella de Neil Armstrong sobre la Luna.

Se suponía que Neil Armstrong debía estar dormido. La caminata lunar se había realizado. Las rocas lunares fueron guardadas. La nave estaba lista para su salida. En pocas horas, el módulo de ascenso Águila despegaría de la Luna, algo que ninguna nave había intentado antes, y Neil necesitaba de su ingenio al 100%. Se recostó con brazos y piernas cruzados sobre la cubierta del motor del Águila y cerró los ojos.

Pero no pudo dormir.

Tampoco podría Buzz Aldrin. En el hacinamiento del módulo lunar, Buzz tenía el mejor lugar, el piso. Se estiró tanto como pudo en su traje espacial y cerró los ojos. No pasó nada. En un día como este, ¿qué otra cosa podrías esperar …?

20 de julio de 1969: El día comenzó en el lado oculto de la Luna. Armstrong, Aldrin y su compañero de tripulación Mike Collins, volaron su nave espacial 100 km sobre la superficie baldía y llena de cráteres. Nadie en la Tierra puede ver el lado oculto de la Luna. Incluso hoy sigue siendo una tierra de considerable misterio, pero los astronautas no tenían tiempo para visitas turísticas. Collins presionó un botón, activando un conjunto de resortes, y la nave se dividió en dos. La mitad llamada Columbia, con Collins a bordo, permanecería en órbita. La otra mitad, el Águila, viajaría sobre el horizonte hacia el Mar de la Tranquilidad.

«Estás en verde para el descenso controlado», Houston radió, y el motor del Águila encendió poderosamente. El módulo Águila, con forma de escarabajo, era tan frágil que un niño podía hacer un agujero a través de su lámina exterior de oro. Las rocas lunares sueltas podrían hacer mucho peor. Así que cuando Armstrong vio que el ordenador los guiaba hacia un terreno pedregoso, rápidamente tomó el control. El Águila siguió hacia adelante y navegó sobre las rocas.

Mientras tanto, las alarmas estaban sonando en el fondo.

«Programa de alarma», anunció Armstrong. «Es un 1202.» El código era tan oscuro, que casi nadie sabía lo que significaba. ¿Debían abortar? ¿Debían alunizar? «¿Qué es?», insistió.

Revolviendo manuales en Houston, un joven ingeniero llamado Steve Bales encontró la respuesta: El sistema de guía por radar advertía a la computadora por demasiadas interrupciones. No había problema. «Los tenemos…» radió desde Houston. «Pueden avanzar aun con la alarma».

Y avanzando continuaron. Las cosas, sin embargo, no iban exactamente como estaba previsto. Se suponía que el Mar de la Tranquilidad iba a ser suave, pero no parecía tan liso desde la cabina del

Águila. Armstrong exploró las revueltas planicies buscando un lugar seguro para bajar. «60 segundos,» radió a Houston. «30 segundos». Los del Control de Misión estaban en silencio mientras los datos de telemetría llegaban. Muy pronto la nave se quedaría sin combustible.

see captionDerecha. Control de Misión Apolo 11 durante el descenso [Más]

Capcom más tarde afirmó «los chicos en el Control de la Misión estaban poniéndose azules» cuando Armstrong anunció «Yo [encontré] un buen lugar». En cuanto a Armstrong, su corazón golpeaba a 156 pulsaciones por minuto de acuerdo con los bio-sensores. El indicador de combustible sólo registraba un 5.6% cuando el Águila finalmente se aposentó en el suelo del Mar de la Tranquilidad.

Houston (aliviados): «Los copiamos allá abajo, Águila«.

Armstrong (fríamente): «Houston, aquí Base Tranquilidad. El Águila ha aterrizado».

Inmediatamente, se prepararon para regresar. Así es la NASA de cautelosa. Nadie había aterrizado en la Luna antes. ¿Qué sucedía si una pata comenzaba a hundirse en el polvo lunar, o si el Águila sufría una fuga? Mientras que Neil y Buzz se alistaban para despegar, Houston leía la telemetría en busca de signos de problemas. No había ninguno, y tres horas después de posarse en la luna, por último, Houston dio el «ok». Iniciaba la era de la caminata lunar.

A las 9:56 PM tiempo del este, Neil descendió la escalera y dio «un pequeño paso» (pie izquierdo primero) en la historia. Desde la sombra del

Águila, miró alrededor: «Tiene en sí misma una belleza propia – como los desiertos altos de los Estados Unidos». Houston le recordó reunir la «muestra de contingencia», y Neil puso algunas rocas y polvo en su bolsillo. Si, por cualquier razón, los astronautas tuvieran que salir a toda prisa, los científicos en la Tierra tendrían por lo menos un bolsillo lleno de Luna para sus experimentos.

Pronto, Buzz se unió a él. «¡Hermosa vista!», exclamó cuando llegó al amplio plato en la pata del alunizador. «¿No es eso algo (bello)?» concordó Armstrong. «Magnífica vista desde aquí».

«Magnífica desolación», dijo Aldrin.

Esas dos palabras resumen el yin-yang de la Luna. Los cráteres de impacto, el derrumbe de rocas, las capas de polvo lunar, todo era totalmente ajeno. Sin embargo, percibieron la Base Tranquilidad curiosamente familiar, como en casa. Los astronautas en misiones Apolo posteriores tuvieron sentimientos similares. Tal vez esto proviene de mirar la Luna tan a menudo desde la Tierra. O quizás es porque la Luna es un pedazo de la Tierra, arrancada de nuestro joven planeta hace miles de millones de años. Nadie lo sabe, sólo es así.

see caption
Arriba
: Buzz Aldrin y el Águila. [En estéreo]

En verdad, gran parte de la escena era extraña. El paisaje sin aire asaltó a los astronautas con una claridad desconcertante y, en consecuencia, el horizonte se percibía artificialmente cercano. El mundo entero parecía curvado, un efecto secundario del corto radio de la Luna, de apenas unos 1,700 km. «Las distancias [aquí] son engañosas», observó Aldrin.

El cielo estaba igualmente desconcertante. A pesar de que el Águila había alunizado en una mañana lunar brillante, el cielo estaba negro como la medianoche. ¿El paraíso de los astrónomos? No. Ni una sola estrella era visible. El reflejo brillante del suelo iluminado por el sol arruinaba la visión nocturna del astronauta. Sólo la Tierra era lo suficientemente brillante en sí para ser vista, luminosamente azul y blanca, colgando sobre la cabeza.

Armstrong estaba particularmente fascinado por el polvo lunar, cuando caminaba y arrastraba sus botas. En la Tierra, patear el polvo hace un poco de niebla en el aire, pero no hay aire en la Luna. «Cuando pisas la superficie, [el polvo sale como desde] un pequeño ventilador que, para mí, tomaba la forma de un pétalo de rosa», recuerda Armstrong. «Se forma un anillo de partículas con nada detrás de ellas – nada de polvo ni turbulencias; no hay nada. Es realmente único. »

Basta de eso. Había llegado el momento de trabajar.

Casi olvidadas en la tradición Apolo están las listas de verificación cosidas a los antebrazos de los trajes espaciales. Estas «recetas» de la NASA están repletas de actividades, desde la inspección del alunizador, al despliegue de la televisión, a la recolección de muestras. Algunas de las tareas eran tan detalladas como la flexión del cuerpo de los astronautas y presentación de informes al Control de Misión de la forma en que se hizo. Tenían mucho que hacer.

see captionNeil y Buzz desplegaron un colector de viento solar, un sismómetro y un retroreflector láser. Izaron una bandera y develaron una placa que proclama: «Vinimos en paz por toda la humanidad». Tomaron la primera llamada de teléfono interplanetaria: «No puedo decirles lo orgullosos que estamos todos», dijo el Presidente Nixon desde la Oficina Oval. Recogieron 21 kg de rocas lunares y tomaron 166 fotografías. Verificaron. Verificaron. Verificaron.

Derecha: Buzz Aldrin lleva experimentos desde el Águila a la superficie lunar. [Más]

Por último, después de unas estimulantes dos y media horas de trabajo agotador, había llegado el momento de partir. La lista continuaba: Subir de nuevo en el Águila. Almacenar las rocas. Tomar la cena: guiso de carne o crema de sopa de pollo. Y, finalmente, el sueño.

Eso era el límite. «Simplemente no vas a conciliar el sueño mientras estás esperando [para despegar]», dijo Aldrin después de la misión.

El Águila no era un lugar para el sueño. La pequeña cabina tenía ruidos de las bombas y estaba iluminada con las luces de aviso que no podían ser atenuadas. Incluso las persianas de las ventanas brillaban, iluminadas por una intensa luz solar exterior. «Después de entrar en mi etapa de sueño y con todo lo demás en orden, me di cuenta de que había algo más [que me molestaba]», dijo Armstrong. El Águila tenía un telescopio óptico que salía al estilo de un periscopio. «La Tierra brillaba a través del telescopio en mi ojo. Era como un foco».

Para obtener algo de alivio, cerraron los cascos de sus trajes espaciales. Se estaba tranquilo dentro de ellos y «no se respiraba todo el polvo» que habían traído después de su caminata lunar, dijo Aldrin. Por desgracia, no funcionó. Los sistemas de refrigeración de los trajes, tan necesarios en la abrasadora superficie lunar, eran demasiado fríos para dormir en el interior del Águila. Lo mejor que Aldrin se las arregló fue con un «par de horas de poner la mente en blanco». Armstrong simplemente permaneció despierto.

Cuando la llamada de alerta llegó finalmente,

«Base de la Tranquilidad, Base de la Tranquilidad, Houston. Cambio».

Armstrong respondió con rapidez,

«Buenos días, Houston. Base tranquilidad. Cambio».

Había llegado el momento de ir a casa, a la Tierra, para una buena noche de sueño.
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Exploración de la Luna, hace 40 años. Parte 1

Posted by keithcoors_00 en 20 julio, 2009

He sido un niño pequeño que, jugando en la playa, encontraba de tarde en tarde un guijarro más fino o una concha más bonita de lo normal. El océano de la verdad se extendía, inexplorado, delante de mi.

Isaac Newton

Desde Scientific American

Por Wilmot Hess, Robert Kovach, Paul W. Gast y Gene Simmons

Traducción: KC

Nota: Este artículo apareció originalmente en el número de octubre de 1969 de la revista Scientific American. Esta reimpresión es para conmemorar el 40 aniversario de la llegada de la misión Apolo 11 a la Luna.

El éxito de la misión Apolo 11 en poner hombres en la luna y traerlos de vuelta en forma segura con muestras de material lunar, marca el comienzo de lo que promete ser un período fructífero de exploración de la luna por hombres y máquinas. El objetivo será responder a un gran número de preguntas sobre el origen y la evolución de la luna, su geología, su estructura química y física y sobre las partes de su historia que pueden ayudar a entender la historia de otros cuerpos en el sistema solar. El propósito de este artículo es discutir las principales cuestiones de las próximas expediciones tripuladas a la luna y para describir las técnicas que puedan ser empleadas en esas misiones.

En un sentido astronómico de la luna es generalmente considerada como un satélite de la tierra. Desde el punto de vista de los procesos planetarios, sin embargo, la luna puede ser considerada como el más pequeño de los planetas «terrestres» (los otros son la Tierra, Marte, Venus y Mercurio). Debido a que su distancia del sol es aproximadamente igual a la de la tierra, la luna está sujeta a influencias externas similares a las que afectan a la Tierra. El menor tamaño de la luna, sin embargo, implica una historia muy diferente a la de la Tierra.

La mayoría de los procesos a nivel planetario se originan en fuentes internas de energía y en los medios de su disipación. La cantidad de energía interna y los medios de disipación dependen del tamaño del planeta. En la Tierra la disipación de la energía es acompañada por el transporte de fluidos volcánicos del interior de la tierra hacia la superficie, por el desarrollo a largo plazo de una corteza ligera y un núcleo denso y por los grandes movimientos de la corteza, manto y núcleo terrestres. Estos procesos, junto con la erosión y la interacción química de los materiales en la superficie con la atmósfera y la hidrosfera, continuamente destruyen las características de la superficie terrestre. Por ejemplo, incluso los volcanes más grandes acaban nivelados por la erosión en unos pocos millones de años después del cese de su actividad volcánica. Es muy poco probable que cualquiera de las características de la superficie de la tierra original permanezca aún sin cambios. No se conocen ejemplos de estos casos, y casi seguro que ninguno se hallará.

Antes se pensaba que muchas de las características de la superficie de la luna se remontaban al tiempo de su formación. Las vistas detalladas de la superficie lunar proporcionadas por las fotografías de los vehículos espaciales Orbitadores Lunares han disminuido un poco esta posibilidad, ya que indican que la erosión y otros procesos de cambio se llevan a cabo en la luna. El análisis preliminar de las muestras devueltas por el Apolo 11, no obstante, indican que el material es muy antiguo, quizás tres mil millones de años. Las tierras altas pueden ser incluso más antiguas. La posibilidad de que algunos de los materiales situados en la superficie lunar permanezcan químicamente sin cambios desde la formación del planeta sigue siendo elevado.

Las preguntas principales

Las preguntas científicas fundamentales sobre la luna se plantean a menudo en términos de las características terrestres, que son, por supuesto, más familiares. Al preguntar sobre la estructura química y física de la luna a groso modo, por ejemplo, uno se pregunta si la luna es químicamente y mineralógicamente diferente de la tierra. De los procesos tales como vulcanismo que se han producido en la luna, ¿cuál ha sido su historia durante largos períodos de tiempo? ¿La luna tuvo alguna vez atmósfera? ¿Materiales protobiológicos han existido o evolucionado en la luna?

Respuestas a estas preguntas exigen la recuperación y el análisis de muestras de materiales obtenidos de una variedad de regiones en la luna. La mayor parte de los análisis tendrían que hacerse en la tierra. Determinar la edad de una muestra de material lunar o realizar análisis químicos y mineralógicos que requiere de instrumentos que no pueden ser desplegados en la superficie lunar durante los próximos años, sobre todo con poco o ningún conocimiento previo de las características de los materiales a ser analizados.

El estudio de los materiales lunares traídos por la Misión Apolo 11 proporcionará de hecho uno de los retos más interesantes que hayan enfrentado los científicos naturales. ¿En qué medida la historia de la luna y cómo muchos de los procesos de la superficie lunar pueden ser entendidos a partir de unas pocas muestras de material lunar, con la ayuda del conocimiento bastante detallado de la morfología de la superficie obtenidas a partir de fotografías? Las posibilidades son considerables, ya que la superficie lunar no está sujeta a muchos de los procesos químicos que ocurren en la superficie de la tierra, tales como los cambios que acompañan a la erosión y la sedimentación. Además, la distribución de material sobre la superficie de la luna por el impacto de los meteoritos sugiere que una cantidad sustancial de material en cualquier lugar puede provenir desde grandes distancias sin cambios significativos en su composición química.

Esfuerzos para seguir la evolución de la luna, para entender su estructura interna a groso modo y explicar las características de sus principales características morfológicas requerirá el conocimiento de la clase y cantidad de energía liberada por sismos lunares, por el flujo de calor en la superficie y el vulcanismo. La aparición de sismos lunares revelaría algo de la distribución de las tensiones con la profundidad. Las ondas sísmicas procedentes de sismos lunares sería una poderosa herramienta para deducir la distribución de propiedades físicas básicas dependientes de la profundidad. La medición de flujo de calor en la superficie, junto con estimaciones de la distribución de los elementos radiactivos en las rocas lunares, haría posible una determinación de si la energía interna es, de hecho, la causa de actividad volcánica en la luna. Se necesitarán datos provenientes desde una serie de puntos distribuidos ampliamente en la luna para atacar estos problemas.

El problema de los Mascones

Los vehículos espaciales empleados en las misiones Lunar Orbiter no sólo obtuvieron excelentes fotografías de la superficie lunar, sino también produjeron un descubrimiento sorprendente que tiene que ver con el campo gravitacional de la luna. Si la luna fuera un esferoide simétrico, tanto interna como externamente, un satélite se movería a su alrededor en una órbita elíptica bien definida sin problemas de velocidad variable. En realidad la luna, como la tierra, no es un esferoide simétrico, lo cual introduce perturbaciones en las órbitas de los satélites. Más allá de estas perturbaciones, sin embargo, hay otras variables introducidas por variaciones laterales en la densidad de la luna. Mientras los vehículos Lunar Orbiter eran rastreados en sus órbitas, se notó que ganaban velocidad cuando pasaban por encima de los maria anillados de la luna, zonas circulares y oscuras llamadas «mares». El análisis de estos movimientos presentado por Paul M. Muller y William L. Sjogren del Jet Propulsion Laboratory condujo a la conclusión de que a lo largo de las principales maria circulares (Imbrium, Serenitatis, Crisium, y Humorum Nectaris) hay un notable exceso de gravedad.

¿Cuál es la causa de estas variaciones gravitacionales? Las grandes anomalías positivas asociadas a la maria implican concentraciones de masa, ahora abreviadas como «mascones». Un ejemplo de la concentración involucrada es proporcionada por la estimación de que la anomalía gravitacional sobre el Mare Imbrium es equivalente a la producida por una esfera de níquel-hierro 70 kilómetros de diámetro ubicada a una profundidad de 50 kilómetros.

El descubrimiento de los mascones lunares ha dado lugar a mucha especulación y debate sobre su origen. También se ha reactivado el interés en la exploración de los maria lunares, que muchos investigadores habían estimado improbable por no ser científicamente tan interesantes como otras zonas de la luna. ¿Los mascones representan restos de asteroides gigantes de hierro que golpearon a la luna y, posteriormente, fueron enterrados y fragmentados, o fueron formados por algún otro mecanismo?

La mayoría de los estudiosos de la luna favorecen esta última posibilidad. El debate se centra en determinar el mecanismo que podría haber sido el causante. Varios mecanismos se han propuesto: el relleno de una fragmentada corteza lunar de baja densidad, con la lava; un flujo de lava en un cráter de impacto; el afloramiento de material más denso desde las profundidades de la luna en las cuencas gigantes de impacto; incluso la deposición de sedimentos en los maria por agua que fluyó y luego se secó. La última hipótesis conlleva la intrigante implicación de que el agua no sólo existía en la luna en algún momento de su evolución sino que también desempeñó un papel importante en la historia lunar. En cualquier caso, el análisis de las muestras de la luna adquiere mayor importancia como consecuencia de fenómeno mascon. Un resultado interesante de la medición preliminar de las muestras del Apollo 11 es que su densidad de 3,2 a 3,4 gramos por centímetro cúbico, que sería alta para rocas terrestres, puede estar relacionada con la existencia de mascones.

Sitios para la Exploración

El presente plan de la NASA es realizar otras nueve exploraciones tripuladas de la luna durante los próximos tres o cuatro años. Los sitios para las primeras probablemente se determinarán sobre la base de limitaciones similares a las que estaban en vigor para la misión Apolo 11, a saber, que un lugar de aterrizaje debe estar en el lado de la luna visible desde la tierra, de modo que se pueda mantener una constante comunicación por radio entre la tierra y el sitio de alunizaje; que el sitio esté en una región libre de obstáculos, y que sea accesible desde una órbita de retorno libre, es decir, una órbita que permita a los astronautas regresar a la tierra con un mínimo de potencia si el motor principal en el módulo de mando fallase. Estas limitaciones restringen los próximos desembarques a lugares cerca de los mares del ecuador lunar.

Más tarde, sería posible aventurarse más lejos y alunizar en o cerca de otros lugares de especial interés científico. Se están discutiendo un número de plazas como posibilidades para estos alunizajes.

El primer sitio es el pequeño y muy fresco cráter Censorinus. Un alunizaje aquí podría esperar conseguir tres objetivos: establecer la edad de lo que es claramente una muy joven característica en la superficie lunar, para investigar y caracterizar una indiscutible formación de impacto y obtener muestras de material procedente de una región en el altiplano. Un sitio alternativo, que ofrece las mismas posibilidades, es el cráter Mosting C.

El segundo sitio tiene el objetivo más ambicioso de explorar uno de los grandes cráteres. Tal es el cráter Copérnico, que tiene aproximadamente 70 kilómetros de diámetro con picos centrales prominentes en su interior. La eyecciones de este cráter relativamente joven cubren más de una décima parte de la cara anterior de la luna. El relieve dentro del cráter es de más de 15.000 pies [4.572 metros], por lo que es comparable con la mayoría de las zonas montañosas de la tierra. Un emplazamiento alternativo, con características muy similares, es el cráter Tycho. Estos grandes cráteres son de interés no sólo porque representan acontecimientos importantes en la historia de la luna, sino también porque, por analogía con cráteres terrestres mucho más pequeños, deben exponer material de un rango de profundidades de hasta 10 kilómetros, y quizás incluso más. Se ha sugerido que los picos centrales en estos cráteres pueden consistir de material, actualmente en la superficie, que proviene desde profundidades de 10 a 15 kilómetros o más. Por lo tanto, aunque el material en un cráter puede estar mezclado, roto y deformado por los procesos de choque, deberían proporcionar una amplia muestra de los pocos kilómetros externos de la luna y una base para la interpretación de su historia.

En tercer lugar, está la muy interesante región Marius Hills. Es uno de los varios ámbitos en los que las características de construcción, tales como domos y conos de acumuluación son más numerosos que los cráteres de un tamaño comparable. La región también está asociada con uno de los más largos sistemas de crestas lunares, que atraviesa una gran extensión del Oceanus Procellarum en la mitad occidental de la luna. La tectónica de la región es similar a la de los campos volcánicos terrestres como Islandia y las Azores. El establecimiento y la estructura de las colinas de la región Marius indican que se trata de una zona de actividad volcánica de material ígneo que se ha añadido a la superficie a través de las rejillas de ventilación.

El origen y edad de las características aparentemente volcánicas de la región Marius Hills son de gran importancia en la comprensión de la evolución de la superficie lunar. Las características volcánicas terrestres se acumulan en muy poco tiempo en comparación con toda la historia de la tierra. Incluso una región extensa como la cadena volcánica que constituye las islas hawaianas representa un período de menos de 70 millones de años. La edad absoluta y la duración de tiempo que participan en la construcción de cúpulas de Marius Hills será de gran interés en la caracterización de vulcanismo lunar.

La región de Marius Hills es demasiado extensa para ser cubierta en una sola expedición tripulada a la Luna. Afortunadamente, una serie de características de menor escala se puede visitar en varias zonas que no tienen más de 70 kilómetros de diámetro. Una misión en dicha zona podrán realizar una muestra y estudio de una serie de pequeñas cúpulas de 50 a 100 metros de altitud, con laderas convexas y una variedad de características de impacto.

El cuarto candidato es la región de los Montes Apeninos, que se forma cerca de la frontera sureste de Mare Imbrium, así como el noroeste de la rama de una zona triangular delimitada por el alto Mare Imbrium, el límite suroeste del Mare Serenitatis y la parte septentrional de Sinus Aestuum. Los Apeninos se encuentran entre las más impresionantes cadenas montañosas lunares. La parte frontal de los Apeninos se eleva 4,800 metros sobre el nivel de los maria adyacentes al oeste.

¿Qué se puede aprender sobre la luna al visitar esta zona? Los Apeninos frontales es una de las principales características físicas de la luna, una extensa exposición de sección vertical de varios miles de metros de espesor para la toma de muestras y posterior examen. Aquí está la oportunidad de evaluar lo que puede ser un largo período de la historia lunar. ¿Son las piedras en su forma o física y químicamente heterogéneas? ¿Qué edad tienen? ¿Son estratificadas? Respuestas a estas preguntas podrían tener un efecto profundo en nuestra comprensión de la historia lunar.

Imagen desde Space.com

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Grandes planes para viajes a la Luna y a Marte, si el presupuesto lo permite

Posted by keithcoors_00 en 14 julio, 2009

Todo hombre es como la Luna: con una cara oscura que a nadie enseña.

Mark Twain


Desde el
NY Times
Por
KENNETH CHANG
Traducción: KC


El programa de la NASA para enviar astronautas a la Luna para el año 2020 es a menudo llamado «Apolo con esteroides».

Para los detractores, se trata de una descripción de denigración – pisando el mismo camino como hace 40 años, sólo que con cohetes más grandes y costosos.

Pero los funcionarios de la Administración Nacional Aeronáutica y Espacial afirman que las nuevas misiones serán mucho más grandes – astronautas viviendo en la Luna durante meses a la vez, conduciendo cientos de kilómetros a través de la superficie lunar y, por primera vez, la creación de un puesto de avanzada en suelo que no es de la Tierra.

«No es sólo banderas y huellas», dijo John Olson, director de la oficina dentro del directorado de sistemas de misiones de exploración de la NASA, que integra las diferentes partes del programa lunar. «Es sustancialmente un trabajo importante.»

La NASA afirma que las tecnologías y las competencias son esenciales antes de enfilar hacia Marte, el próximo gran destino. Los científicos contemplan varias posibilidades emocionantes de investigación en la Luna, como la construcción de un radiotelescopio en el lado más alejado, protegido del ruido de la Tierra, y la búsqueda de capas de hielo en los sombreados cráteres cerca de los polos, que puede preservar pistas del pasado del sistema solar.

Sin embargo, con billones de dólares de déficit en el presupuesto federal y un panel de listón azul (lo que significa que está integrado por campeones en sus ámbitos, nota de KC), re evaluando actualmente el programa de vuelos espaciales tripulados de los Estados Unidos, hay algunas dudas sobre si los planes lunares que la NASA ha elaborado en los últimos cinco años se construirán. La agencia podría ser instruida para centrarse en misiones robóticas, llevando a cabo alternativas más baratas para llegar a la Luna o cambiar su destino a otra cosa, como un asteroide.

Si la NASA no va a la Luna, tampoco está claro quien iría. Algunos funcionarios chinos y rusos han hablado de establecer una base lunar alrededor de 2025, pero ni China ni Rusia han hecho ningún pronunciamiento oficial, y sus actuales cohetes son demasiado pequeños para la tarea.

La naciente industria espacial privada, que todavía tiene que enviar a alguien en órbita, no parece probable que apunte hacia la Luna, sin ningún beneficio evidente para compensar los miles de millones de dólares en costos. «La idea de que un inversor privado pueda reunir los fondos para desarrollar cohetes capaces de una misión lunar es muy especulativo, rayando en la fantasía», dijo John Logsdon, presidente de la historia del espacio en el National Air and Space Museum.

Lo que quizás sea más probable es que el programa lunar, al igual que la Estación Espacial Internacional, se convierta en un esfuerzo combinado de varias naciones.

En la primera sesión pública del panel de revisión del programa de vuelos espaciales tripulados de la NASA, el general Anatoly N. Perminov, el jefe de Roscosmos, la agencia espacial rusa, dijo por teléfono, «Roscosmos respalda la necesidad de la participación potenciales científicos y técnicos de otros países para tales proyectos a gran escala «, incluyendo el envío de astronautas a la Luna y Marte.

La NASA ha nombrado a su sistema de transporte espacial de próxima generación, programa Constelación. Las dos primeras piezas de Constelación – el cohete Ares I, con una cápsula de tripulación Orion – tendrán que llevar a los astronautas hasta la Estación Espacial Internacional a partir de 2015.

Dos piezas adicionales son necesarias para el viaje a la Luna: el Ares V, un monstruo cohete «elevador pesado», y el alunizador Altair, para que los astronautas lleguen hasta la superficie de la Luna. A primera vista, el Ares V se ve más o menos como el Saturno V de la era Apolo, y el Altair se parece a una actualización de moda – con una estética redondeada más moderna – del módulo lunar que llevó Neil Armstrong y Buzz Aldrin al mar de la Tranquilidad. «La física y la ingeniería originan una gran cantidad de los diseños», dijo el Dr. Olson, explicando las similitudes.

Luego están las diferencias. El Ares V es sólo un poco más alto que el Saturno V – 381 pies frente a 363 pies. Sin embargo, el Ares V será capaz de enviar alrededor de 63,000 kg a un viaje a la Luna, o el 40 por ciento más que el Saturno V.

El Ares V, a diferencia de los Saturno V, no llevará a los astronautas mientras despega. Siguiendo las recomendaciones del panel que investigó la pérdida del transbordador espacial Columbia, el programa Constelación pone la tripulación y la carga útil en cohetes separados para mejorar la seguridad de los astronautas. Aunque la mayor parte del hardware de las naves espaciales – el alunizador Altair y la etapa de salida de la Tierra – suben sobre el Ares V, una tripulación de cuatro astronautas se lanzará en una cápsula Orion en la parte superior de un Ares I.

En órbita terrestre, la cápsula Orion se acoplará con los componentes enviados por el Ares V, y el conjunto combinado de naves se enfilará hacia la Luna.

En la misión Apolo 11, Michael Collins tuvo que permanecer solo, volando en círculos alrededor de la Luna en el módulo de mando, mientras sus dos compañeros iban a la superficie en el alunizador. Para las próximas misiones lunares, los cuatro astronautas llegarán a su superficie, mientras que la cápsula Orion, vacía, se ocupa de sí misma.

Eso significa que el alunizador Altair debe ser mucho más grande que el módulo de la era Apolo, tanto para llevar a los astronautas adicionales y sus suministros, como para poder llegar a más partes de la Luna. Los avances en la tecnología podrían también permitir a versiones del Altair – sin astronautas – llevando componentes modulares de puesto de avanzada, así como rovers del tamaño de vehículos de reconocimiento.

El concepto rover exige una cabina presurizada en la que los astronautas puedan trabajar en manga corta. Para incursiones de una semana, los astronautas vivirían esencialmente en su coche. Los trajes espaciales estarían almacenado fuera del Rover, y los astronautas podría saltar en ellos a través de aberturas en la parte de atrás, lo que les permite ir desde el interior hacia fuera en 10 minutos.

«Es un cambiador de juego», dijo el Dr. Olson.

Sin embargo, el presupuesto federal propuesto por el Presidente Obama no pagaría por esto, desde luego, no antes de 2020. Después de los aumentos en el año en curso y para el año fiscal 2010, el gasto propuesto del Sr. Obama para la exploración humana desde 2011 hasta 2013 tiene varios miles de millones de dólares menos de lo que el Presidente Bush propuso el año pasado. Eso esencialmente reduce el dinero para convertir al Altair y al Ares V desde planos de concepto hasta diseños detallados y la nave espacial real.

«No hay dinero, no hay Buck Rogers», dijo el Dr. Olson.

Pero la esperanza de muchos dentro y fuera de la NASA es que los niveles presupuestarios de la administración Obama son sólo marcadores de posición en espera de las recomendaciones del panel de revisión de la agencia para el programa espacial tripulado. Su informe se espera para finales de agosto.

El grupo está buscando alternativas a Ares I y Ares V, al igual que la adaptación de los cohetes como el Delta IV, para las necesidades de los astronautas de la NASA.

Imagen: Google LIFE.

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